jueves, 17 de marzo de 2011

mujeres esperadas

Sigue lloviendo tenazmente. Vengo andando a la librería, en mitad de una sinfonía hostil de paraguas y rostros depresivos. Siempre me pregunto con qué poca dosis de felicidad se enfrentan los ciudadanos al nuevo día. Será que yo estoy feliz y ahora me cuesta concebir antropológicamente la desdicha. Escucho a Christina Rosenvinge, canta "volveremos, volveremos a soñar" y entonces puedo oir la risa de Zaida, que viene al concierto del sábado. Iremos un grupo de mujeres osadas y sin zapatos de tacón, una pequeña multitud de chicas con camisetas en busca de la poesía de esta walkiria rubia, eternamente joven. Iré con mi amor y mis amigas a escuchar canciones y dejarnos vencer por la noche, siempre hemos brillado más en la oscuridad, conocemos las barras de los bares, los mapas emocionales de las luces de neón y ese adolescente que vomita siempre en una esquina y ese pesado que siempre te cuenta su vida y te salpica al hablar y esas chicas guapas que juegan a ser imperturbables y las mujeres de mediana edad que bailan en corro y las manadas de hombres al acecho de un coño desprevenido.

No sé por qué pienso en Ari de repente. Si me estás leyendo ahora, leéme escribiendo que pienso en ti ahora y que me pongo el jersey muchísimas veces y que cuando tengo la tentación de ponerme idiota, escucho tu voz quitando importancia al melodrama barato que hacemos las chicas como un costumbrismo narrativo. No sé que sé te ha perdido en las Antípodas, pero te seguiremos hasta el final, los canguros, tiene que ser tremendo darse de bruces con un canguro, aquí sólo tengo palomas y los ciervos que de vez en cuando voy a ver, orgullosos de sus cuernos, aburridos, señoriales.

Hace unos meses empecé a escribir una novelita con mi amiga Laura. Laura es una mujer polifacética y politoxicómana. Esto último es mentira, pero quedaba muy literario y ella me sabrá perdonar. Laura es la única mujer que ha subido a un escenario con Stereo Total y que al mismo tiempo no sabe freir un huevo. Es capaz de las mayores gestas y de los menores gestos, vistiendo es de una sobriedad exquisita, para lo demás practica un alcoholismo de grado medio muy interesante. El caso es que nuestra novelita es maravillosa según nuestro criterio, porque no hay nada mejor que la subjetividad en el amor y en la resaca. Así que en breve mandaremos los 4 primeros capítulos o quizás una selección al azar, porque somos iconoclastas, lo importante es ser iconos. Mandaremos los capítulos a un comité de expertas y Marc, con poco rigor y a la espera de comentarios de texto y notas al pie, notas al cuello, notas que besen y no les huela el aliento.

Y llego con la lluvia y con la lluvia me voy.
A las 2 recojo a Silvia en la estación. Esta frase en Argentina, pondría nerviosas a las lectoras.
Silvia es una mujer contradictoria y posee una sabiduría de la inestabilidad que muchas quisiéramos.

En todo caso, hoy el amor se moja y se multiplica.
Y Julia Ruiz, tan alta como la luna.

Ayer hice un auto de fe, frente a un plato de champiñones a la plancha. Estoy preparada para el futuro.

5 comentarios:

  1. te iba a colgar "because the night", porque me he acordado con tanta lluvia de cómo salimos en estampida mientras patricia gritaba "its raining, its beautiful!".

    pero hay cosas que no se pueden disimular.
    http://www.youtube.com/watch?v=fk-l0G0IA9E

    ResponderEliminar
  2. Me gusta que con tus actualizaciones generes tensiones, discrepancias, sonrisas, triangulos de amor, de desamor, celos, recelos y muchas preguntas. Me pregunto por qué llueve tanto en tu ciudad y cómo es posible que Maite y tú no estéis siempre resfriadas. Os imagino a las dos empapadas en medio de una de esas calles impronunciables, con bufandas y guantes en primavera, parecéis suecas de Hastaelcoño, Estoeselcolmo o una de esas ciudades nórdicas.
    Que cites a tus amigas (y a Marc) constantemente denota que nos quieres, por eso nos sentimos orgullosas y arropadas, aunque a veces nos enfadamos porque no nos dedicas el espacio adecuado y además hablas de nosotras como si fuéramos politoxicómanas y polidesequilibradas (como si no lo fuéramos).
    Me gusta mucho ese primer párrafo donde encadenas una serie de fauna ibárica sucediéndolos mediantes muchas íes. Y y y y y... no sé cómo decirte lo mucho que me gusta que escribas y que hables de la Novelita, que estaba en coma, o en cama, no sé. Vamos a escribir más y mejor y citando a ciegas, ciegas, a mujeres maravillosas que nos visitan a veces.
    Qué envidia me dáis Zaida, Maite, tú y Christina, todas juntas destellando.

    ResponderEliminar
  3. Lo mejor es el grupo de mujeres de mediana (avanzada!) edad. Si te quedas un rato mirándolas, cosa imposible de evitar, acabarás bailando como ellas por un delicadísimo proceso de telequinesis que sólo esas señoras conocen.
    Es su mejor arma. El insondable poder de la ternura.


    PD: N, acuérdate mañana de mirar si somos millonarias, porlagloriademilmadres que nos toque!

    ResponderEliminar
  4. PD2: Nere, he aquí mi mujer esperada de hoy:

    http://thedailywh.at/2011/03/15/lights-out-29/
    M-A-R-A-V-I-L-L-O-S-A, Taimane Gardner

    ResponderEliminar
  5. llevo dos días sin palabras.

    cada vez que intento enviar un mensaje, me siento incapacitada hasta para el tartamudeo.
    menos mal que estás.

    estoy leyendo un libro precioso y desde hace tres días todo el mundo me habla de la luna.
    ayer, hablando con ari, la miré.
    me doy cuenta de que casi nunca miro al cielo.

    es como vivir en un sitio de playa.
    sabes que está ahí pero sólo vas expresamente.

    yo miro al cielo sólo cuando es necesario.
    quiero ver los rizos de alguien al despertarse.

    tu crees que voy a cambiar el mundo.
    yo sólo quiero cambiar tu vida.
    espero haberlo conseguido.

    me has llamado a las seis de la mañana.
    creo recordar haberte enviado todo mi amor.

    ayer mientras trabajaba.
    ayer sonreía mucho.

    me gustan las semanas como ésta.
    busco un compañero de piso pero en realidad quiero vivir contigo y prepararte cafés por la mañana.


    quiero ver el rey león y hablar sobre japón mientras te hago bailar en la cocina.
    hacer como que somos James Blaque y que sabemos poner silencios a las canciones.

    he pasado dos noches hablando con ari en horas intempestivas.
    me enamoro de ella cada vez que eso pasa. y se ríe al teléfono y le leo partes de mi nuevo libro.

    ayer me dijo: ese hombre escribe como tu, y a mi me dieron ganas de llorar.

    voy a hacer cuatro plaquitas iguales, para que cada una de vosotras sepáis que también os querré mañana.


    a ti, te voy a poner una estrella.
    una estrella tan alta como la luna.



    Julia

    ResponderEliminar