miércoles, 29 de septiembre de 2010

de la incapacidad

Resuenan comentarios. El rumor se corre (siempre afortunados, los rumores. Nota mental: recordar escribir para Gabi el cuento 'El insólito caso del rumor frígido'). A este blog le falta acidez, fuerza, sarcasmo o sentido.
Pues así están las cosas. Hoy he leido al sol a Tennessee Williams y me he dado cuenta de lo que he sentido leyendo a alguien que escribe sobre la alegría, el sol del verano, la esperanza nunca agotada, los cuerpos desnudos y la estéril pero necesaria fuerza de la furia por la vida.

Acabo de comer con mis padres, la casa está llena de animales. El matrimonio es una institución insólita. Estar en cadena perpetua y enamorarte de tu carcelero, escupirle tantas veces, poder relajarte en zapatillas y con la cara lavada, mi padre protesta impunemente viendo el telediario "ya no hay ideologías auténticas" y se le deslizan las gafas, va a cumplir 77 años y es otro padre ausente, pero nunca le he oído gritar y he aprendido a quererlo destruyendo, mano a mano con el tiempo y la piedad, cada rencor adolescente.
Mi madre me pregunta 'qué escribes' y me dice 'no estarás contando tu vida' y lleva todavía puesto el delantal, mis gatos viven aquí aferrados a la calefacción central y al brillo de los ojos de esa mujer, como todas, un monumento al feminismo antiacadémico y visceral, el faro que ilumina mis días.

Y este blog sigue siendo sentimental y sin sentido, no me sale todavía más banalidad que la mia propia, aquí, en este otoño de Pamplona, donde todos hablan de huelga y de éxitos y fracasos, y yo me he comprado unas botas nuevas y sólo quiero leer otro cuento más.

lunes, 27 de septiembre de 2010

soy cursi y qué

Siempre he estado enamorada de Salinger. Esta mañana, colocando libros, abro 'Levantad, carpinteros, la viga del tejado' por cualquier página y leo: "Tenía la boca seca y la entrepierna húmeda". Me parece tan brillante que creo que esa frase debería prescribirse para decirse en una primera cita.
Se me ocurren cosas extrañas, como abrir un bar que se llame 'Catarsis' y me acuerdo ahora de la chorrada que le dije a Zaida una vez sobre una secuencia cómico-ilustrada para una peli, en la que hay un camello que se llama Godot y la prota dice en un momento dado "Estamos esperando a Godot".
Los domingos por la tarde son extremadamente crueles y es algo irreparable, aunque los pases con una chica maravillosa o aunque, de repente, el otoño brille lleno de promesas.
Pero hoy es lunes y yo he vuelto a renacer y, como siempre, es el amor el que me lleva. No tengo demasiadas certidumbres, hay heridas profundas e irreparables, la vida es un circo,a veces es sangre, otras es risa y yo soy tan pequeña como sólo lo puede ser alguien desnuda y esperanzada, que sabe que no se aprende nada, que no se olvida nada, que todo queda por hacer.

Buenas noches, os quiero, a todos los seres vulnerables y audaces del mundo

jueves, 23 de septiembre de 2010

manos

Estamos en otoño. Estoy en la librería y me da por abrir libros y leer en mitad de la librería.
Leo: "mis manos estarán siempre unidas a las tuyas". Entonces pienso en Zaida,Raquel, Julia, Marijose, Silvia, Ari, Eli, Gabi, Clara, Isabel, Edurne.
Mis amigas, que ahora estarán en alguna parte, tomándose un café y pensando todavía en la chica equivocada, cotizando por primera vez, en salas de espera, paseando por Madrid, recordando a la chica que se acaba de ir de su cama, alimentándose mal, vistiéndose bien, recordando peor, cruzando pasos de cebra y pensando algun slogan brillante para campañas mediocres, haciendo planes, diciendo que no, que este finde no salgo, y contradiciéndose como mandan los canones y la posmodernidad. El verano se ha ido y nosotras seguimos aquí.
Mis manos unidas a las suyas.
En este blog hay nombres propios, no soy muy de abstracciones, ayer hablaba de eso con Marijose, mientras veíamos Física o Química sin demasiados pudores, porque las series para adolescentes son más profundas que la vida, la vida es un after de algo siempre. Ella me dejó el jersey de su abuelo y comimos espárragos, algo fálico para variar y nos pusimos secuencias de una actriz de la que sólo estamos enamoradas nosotras, pero nuestro amor es más fiel que ninguna de nosotras, sobre todo los amores mitómanos y de andar por casa en el salón, con Laura durmiendo en su alcoba de princesa por descubrir.
Y bueno, estoy algo mareada.
Es jueves, Pamplona, y una señora compra 'El corazón es un cazador solitario' y hablamos de Carson McCullers y he puesto Madonna en la librería y es como combinar Bach con The XX, y eso sólo le sale bien a Marijose, mi angel de la esquina de al lado.

martes, 21 de septiembre de 2010

La moral y la risa de Maite

Septiembre es un mes bastante insoportable, tanto como una bollera con superioridad moral. Yo con Maite tengo debates sobre la moral que parecen sacados de 'El banquete' de Platón, en el caso de que Platón tuviera resaca y fuera un postadolescente emo. A mi novia la moral le parece fundamental, yo sé que es porque no frecuenta demasiado Barcelona.
Pero hablaba de septiembre. En septiembre en la librería yo me siento frustrada como librera y sucia como mujer. Porque tengo que vender cuadernos y libros de matemáticas en vez de los Cuentos completos de Flannery O'Connor. Y porque me atraen las y los adolescentes y eso si no es sucio, al menos es insensato. Y es que a pesar del analfabetismo estetico de la mayoría de ellos, de vez en cuando asoma un rostro de belleza abismal en vaqueros y zapatillas, con pecas y mirando al suelo de vergüenza.
Silvia me ha pedido que hable de ella, así que qué puedo decir. Ella es la persona que mejor me desconoce del mundo y esto, aunque no lo parezca, es un piropo. Porque incluso cuando se equivoca sobre mí, me gusta su manera de quererme. Ahora bebe por las tardes y se pasea por el mundo cual Bolly Fog, dejando una estela de chicas siempre por debajo de ella (y esto no es una metáfora sexual, amigas). Silvia, quiero que leas este blog siempre y quiero que la gente siga pensando que nos hemos acostado y quiero un mundo donde tú y yo sigamos enfrentadas, enamoradas y dejándonos llamadas perdidas e historias reencontradas.
Hoy tengo una fabulosa indigestión y pienso en los supermercados Eroski como símbolo del amor. Me duele la boca del estómago y el culo del cerebro. Decido no pensar, no beber tanta leche,  leer a Toltoi de una vez.
Abro un libro y leo:

"Entre el deseo de huida
y la imposibilidad de huir
la angustia contemporánea".

No sé si es de Kierkegaard o si lo he pensado yo algún sábado noche.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Perdamos la cabeza

Este es un blog de una persona que sufre insuficiencia cardiaca. No tengo ni idea sobre qué pienso escribir. No prometo ser brillante ni decir siempre la verdad. Ayer volví a ver 'Closer' y es algo que una persona enamorada no debería hacer. Por eso y porque es lunes parece que empiezo sin ganas. Pero en realidad, escribir y enamorarnos es lo único que nos queda.
Recuerdo ahora el debate que tuve el otro día con Julia sobre la diferencia entre frivolidad y superficialidad.
Siempre frívola, nunca superficial. La frivolidad es una condición esencial para las personas hipersensibles y con un curriculum amoroso complicado. La superficialidad no me interesa nada. Me aburre como una chica guapa que presume de 'pasar página'. El concepto de 'pasar página' es el Auswitch de las relaciones. El campo de concentración donde morimos algunos.
Pero hoy quería empezar con optimismo.
Si estás leyendo esto es porque eres alguna de esas personas en las que pienso alguna vez al día.
Así que lee con amor y absurdidad.
El verano fue tan imparcial que nos hizo torpes a todos por igual.
Siempre he creido en los principios. Y así, termino autocitándome.

"Soy una mujer de fuertes principios.
Y de finales de mierda"