miércoles, 17 de agosto de 2011

Mi oido en tu corazón

Siempre que alguien se va a despedir dice "Esto no es una despedida".
Bueno, esto sí es una despedida.
Agosto es un buen mes para decir adios, porque frente a un día de verano todo parece más pequeño. Menos importante.
He estado casi un año dando el coñazo aquí, sin ponernos literales.
Marijose agradecerá que deje de preguntarle por este estúpido blog. Te quiero más de lo que puedo explicar. Ayer, sentada junto a las hermanas Dronda en un río, embardunadas de líquenes, decidí la más complicada de las operaciones, aparte de avanzar sin calzado entre las rocas: estar. Estar.

Miro atrás y juro que tengo ganas de ponerme sentimental. Siempre sentimental. Intelectualmente sentimental. Intensamente sentimental. Pero esta mañana he paseado con Alma entre peregrinos católicos de relucientes conciencias peligrosas, me he asomado a la catedral de mi ciudad, tan fea por fuera, tan bella por dentro, al revés que la mayoría del lesbianismo internacional, he ido a ver a los ciervos, sí, Laura, a los ciervos aristocráticos y luego he tomado un aperitivo con mi abuela. He sido una emprendedora minúscula, he trazado planes por encima de mis posibilidades. Como llegar a la psique de un hombre. Vencer la pereza a los grandes almacenes. Escribir la Gran Novela Sobre La Ruptura Amorosa. Sin romperme.

Queridas, sabéis que estoy llena de amor y que a veces el amor es indigesto.
No hace falta que añada todas las heridas que pienso seguir inflingíendome por el amor, ese nombre, el amor, joder, el amor.
Y Zaida.
Julia.
Maite, Maite, Maite, Maite.
No puedo seguir.
Es así.
Dramas y caballeros es amor travestido de literatura.
Es amor protegido del frío con la manta del humor.

Pamplona en agosto.
Tendríais que verla.

Intento estar atenta, como cuando intentas escuchar un corazón con el oído. Pegando así la cabeza. Joder, y de repente está ahí, y ese puto órgano es el motor del mundo.
Lo único.

¿Podría ponerme más trascendente? Me imagino una droga que te ponga trascendente.
-¿Te pone?
-Trascendente.
-¿Y que notas?
-Estoy mirando a esa chica de la camiseta roja y tengo ganas de decirle que asumo sus incompetencias futuras, las mias, y que quiero que me vacíe el frigorífico en todas las resacas del mundo.
-Joder, tia, pues sí que te ha subido.

No sé, criaturas, yo qué sé.
Os quiero.
Me voy al cine con mi hermana. Ainhoa.
Mi hermana se llama Ainhoa y nos miramos raro a veces, tan diferentes, pero le está creciendo el flequillo y qué guapa está.

Esta tarde he estado viendo un debate con mi padre en la tele. Sobre sexo en la tercera edad.
Mi padre ha estrenado camisa y pantalones.
Qué tonta estoy.

Ayer la luna daba ganas de ser una chica con expectativas.


lunes, 8 de agosto de 2011

las manos dentro del agua

Para llegar a entender bien el estado de descrédito vital, de mala alimentación, romanticismo barato, estupidez y delirio poético al que nos conducen los domingos basta una imagen de mi persona, ayer a las 19:57, esperando a mi novia en su casa, viendo 'El discurso del rey' y llorando con toda mi intensidad dramática, sabiendo que es una película edulcorada y predecible y monárquica y hace tiempo que estoy enamorada de Colin Firth, quién tuviera un novio que se llamara Colin, hace tiempo que no me como un colín, y yo comía palomitas mojadas de lágrimas y bueno, intenté asaltar el frigorífico pero a mí me asaltó la duda: ¿si las sárdinas son buenas para el ácido úrico, es adecuado ignorar las promesas electorales de tus amigas?
Los domingos son terribles, no más que las mujeres, ayer el sol me ajustició y me declaré culpable de cohecho y de hecho, a lo hecho pecho, volvería a hacerlo, porque a partir de los deshechos, yo creo en la belleza de las ruinas, de lo que permanece en pie. No como yo, que permanecí postrada pensando en la autobiografía de Mark Twain, 'Pasando fatigas', y en ti, en ti, en ti, en ti.
Me declaro culpable.
Me declaro, culpable.
El tiempo también es culpable y Giorgio Armani también, con esos bañadores que lleva en la playa.
Creo que me gustaría estar una temporada en un hospital, sólo por una razón: para que me llamaran paciente.
En términos generales, la impaciencia me domina y atraigo a la población masculina de raza negra , igual que Laura Martín a la que no sé qué más decirle, porque lo hemos dicho todo y nada y hablamos de nuestras relaciones como si supiéramos algo, como si fuéramos economistas y no proletarias del amor. 
Me encontré con mi prima Amaia bastante borracha (yo) en un bar el sábado por la noche y creo, sin desmerecer a otras personas absurdas, que dije la tontería de agosto: "¿Eres tú la prima de riesgo de la que tanto hablan?". Ay. Marijose se rie con esas cosas. Pero luego se queda dormida con sus amantes en el sofá. Y hablando de sofá-cama, parece ser que tener uno es la mejor excusa para tener y no tener sexo en la Europa caucasiana.
Y ahora, una prueba de fuego para saber si es verdad cuando la gente me dice que lee este blog. Si eres Itsaso, persona encantadora, inteligente, rubia y bien vestida sin orden jerárquico predeterminado, y efectivamente, me lees, la próxima vez que nos encontremos y seguramente sea con un vaso en la mano, deberás decirme antes que cualquier otra cosa: Cowabunga.
Bueno, así voy pasando la mañana y mi hermana qué estará haciendo, y Violeta, qué fue de la orca que le come la cabeza a la gente, qué fue de la plastilina y qué fue de los casiotone que teníamos en casa, ahora podría tener un grupo posmoderno o un marido que haga la compra los sábados por la mañana, mientras yo me dejara crecer el pelo y me salieran plantas de interior en el salón y puede que un coche o puede que haya perdido el hilo, lo que me lleva a considerar el punteo inicial de guitarra de 'Me he perdido' un motivo para ser feliz otra vez, ahora, y Nacho Vegas una forma de entender el mundo indispensable, como es indispensable que te rompan el corazón para entender la guerra y las sintonías de los telediarios.

Buenos días, amores mios.




miércoles, 3 de agosto de 2011

nadie se levanta dando un salto

El verano, esta estación diseñada para que la gente se vista indiscriminadamente con estampados florales, bermudas de saldo y chancletismo. Donde la gente más que morena está naranja y quiere llevarse libros para leer en vacaciones "pero que no sean de pensar, algo entretenido".
Entiendo que el pensamiento está reñido con el entretenimiento, como el buen gusto con el verano y la inteligencia con los taxistas.
He empezado a leer 'A la caza del amor' y me gustaría diseñar tramas con la exquisitez y el humor de Nancy Mitford. Lo cual me lleva a pensar en qué distinta es la burguesía de hoy en día, que es cutre, muy cutre. En la Inglaterra de entreguerras, beben el té, pasean en pony y son recalcitrantemente guapas y delgadas todas las heroínas ligeras de cascos.
He utilizado ya dos adverbios de modo y he juzgado con severidad a una señora que califica de aburrido a Nabokov. Estoy a muerte con los rusos, sobre todo con los que escriben en ruso, que no es el caso de Nabokov.  Me llevo a casa 'El maestro y Margarita' porque creo que Bulgákov está lo suficientemente perturbado para mí. Sé que más tarde hablaré con Laura de todo esto, ya que también se siente interesada por la literatura rusa y por la locura. Mezclamos temas. No sé que habrá hecho con mi ejemplar de los 'Cuentos' de Chejov, que decidió robar con descaro en su última visita.
Creo que voy a improvisar un mini cuento, que hace tiempo que no lo hago:

En verano le daban ganas de enamorarse y de hacer la compra por orden alfabético. Era una chica de tez blanquecina, según las definiciones de los manuales de urbanidad, escritos sin emoción literaria. Ella tenía pensamientos líricos todo el tiempo, del tipo "tengo compasión por los mosquitos que se abalanzan a la luz, como yo, y se achicharran". Ella era así. No es que fuera hermosa, es que era intolerable. Cuando se acercaba a la barra de los bares los borrachos se abrían a su paso, entre las brumas de la resaca del mañana. Nadie podía dejar de mirarla, a pesar de estar muy ciegos. Volviendo al tema central del relato, que es volatil e inexistente como la fortaleza moral de una lesbiana de Albacete, la protagonista improvisó un romance con una camarera aquel verano, por aquello de las copas gratis y la superioridad estética que te otorga frente al mundo que el Dj te salude con la mano. La camarera se llamaba Jennifer Tility, nacida en Wisconsin, tatatatataranieta de una prima segunda de Faulkner, por eso su bar se llamaba 'Luz de agosto'. La clientela se desconcertaba el resto del año, pero se sentían plenos de autoconsciencia en agosto bebiendo mojitos y tinto de verano, cockteles preñados de sofisticación.
Y la protagonista, decidió que Jennifer o el amor, o Jennifer y el amor. Así que la miró profundamente a los ojos y dijo en un arrebato etílico a la altura de su belleza:

-Jenny, nunca pensé que lo diría... pero me pones, la última. (con las comas así, para que Jennifer no entendiera la declaración de amor, que era más para sí misma, como el uso de compresas de marca genérica).

FIN

Este es el coche en el que debería viajar, según mi abuela, mi novia y Soraya Saenz de Santamaría (mujer a la que le encuentro atractivo, super en contra de mi voluntad)

miércoles, 27 de julio de 2011

Por lo que tiene de romántico

Miércoles.
Atiendo a gente. Pero no atiendo a razones. Corazón empecinado. Tengo que leer a Ezra Pound.

1989, cae el Muro de Berlín.
Espero impaciente, en 2011, la caída del Muro de Facebook.

Siglo XIX, surge una nueva época, El Romanticismo.
Espero impaciente, en el Siglo XXI, el resurgir del Romanticismo.

Cosas que me parece románticas, sin orden jerárquico:

-Que me traigan un vaso de leche a la cama
-Leer el periódico con mi novia.
-Viajar en coche, escuchando canciones desordenadas.
-Una chica recién salida de la ducha, con el pelo mojado y completamente anárquico.
-Notas en el frigorífico
-Regalar casi exclusivamente libros, siempre
-El momento de entrar y salir del cine
-Hablar de la gente, como si no fuéramos gente
-Un ataque de risa, cualquier forma de risa verdadera
-El análisis sistematizado y filosófico de los anuncios publicitarios en las pausas de las pelis.
-Las uñas mal cortadas
-Una cara de sueño
-Una siesta atravesada en el corazón
-Tender la ropa mientras mi chica habla a mis espaldas.
-Las pinzas de ropa, en consecuencia.
-Los gatos, los perros y cualquier forma de vida animal presuntamente irracional.

Me doy cuenta de que mi romanticismo es vigente y anacrónico y una forma de precocidad y resplandecientemente banal. Perfecto, no me importa.

Dejé de ser miope, no obstante me sigue costando muchísimo ver las cosas de lejos. Necesito la cercanía para ver con claridad, al contrario de lo que prescriben los manuales de psicología y la filosofía oriental. De lejos y con una distancia hiperbólica, me parece que todo se desdibuja. Así que yo permanezco siempre a mi manera lo más cerca posible.

He soñado que Alba Barneda venía a mi casa a cenar. Yo intentaba hablar en catalán con ella, y llegaba a pronunciar una verdad inalterable sobre la dificultad de ser humana y amar a las mujeres en la lengua de Josep Plà. No nos entendíamos, recuerdo que ella me preguntaba algo así como "¿Que estat pasant exactament?", algo que me hacía sentir muy inteligente porque lo entendía. Yo le decía que no lo sabía y llevaba a la mesa un plato con atún en escabeche. Ahí queda eso, queridos psicoanalistas.

Leí en 'Los ingrávidos', una novela absolutamente maravillosa, algo que lleva dando vueltas en mi cabeza varios días: "No te conoce quien no te toca".

A veces me planteo la idoneidad del pensamiento abstracto.
Me corté un dedo fregando porque se me rompió un vaso en las manos. Lo concreto de la sangre. Sólo la necesidad me parece a la vez concreta y abstracta. Necesito tanto, a veces no sé qué.

Julia, estoy pensando en ti. Esto, no por ser habitual, deja de ser necesario.
Te llevo conmigo como una oración, me veo recitándola como las viejas en misa, entredientes, para sí mismas.

Este miércoles estoy dispuesta a que la Tercera Guerra Mundial empiece directamente, bombardeando todas y cada una de mis estúpidas tendencias a acumular ropa en la mesa de mi habitación y mi deseo infinito de una relación que sea capilar. Es decir, que nunca deje de crecer.

martes, 19 de julio de 2011

Eli

Estoy aquí, ahora, pensando en la conversación que tuvimos ayer. Tú dijiste que a veces eres consciente de lo lejos que se puede estar, te tembló la voz. Yo te dije que tú y yo nunca estamos lejos, improvisé algo sobre esta clase de amores que te acompañan siempre, el llevar a alguien dentro, como una especie de abrigo.
Pero, sí, Eli, estamos lejos. Y echar de menos es a veces una gramática difícil de articular. Hace tiempo que no nos vemos. Creo que sigues siendo la chica más transparente.
Si alguien me hubiera dicho que en el Escape se podían encontrar tesoros, lo hubiera considerado un humorista desafortunado. Recuerdo la primera noche que pasé contigo. Recuerdo que pensé "esta chica es una hipersensible, nos llevaremos bien". Tu delicadeza y tus miedos, y todos esos días subiendo la cuesta de la calle Jesús y María, en Lavapiés, para ir a tu casa. Me gustaba hacerte reir. Te quise desde el principio, no he dejado de quererte ni un segundo.
No sé que pesa más en ti, si lo buena que estás o lo buena que eres y entonces, una vez más, el castellano me parece prodigioso con su distinción de ser y estar y con un infinito caudal de palabras y una infinita insuficiencia a veces para decir las cosas.
Ahora pienso con toda la ironía en aquella época, en todos esos años. Porque entonces yo quería salvarte, hacerte ver lo increiblemente insólita y prodigiosa que eras tú en un panorama de chicas locas por parecer cuerdas. Y estoy convencida, por muy melodramáticamente previsible que suene, de que tú me salvaste a mí.
Sí, Elí, sí.
Sabes lo mucho que me cuesta volver a Madrid, porque le sigo teniendo miedo a casi todo y sobre todo a mí misma en una ciudad que ya nunca será la que fue para mí, que guarda lo mejor de mis naufragios y todo mi dolor y mis sueños y tonterías intensas de otro calibre. Pero iré a verte. Voy a ir a verte y quedaré contigo y tal vez sea como la última vez, que me encontré a Ajo con su perrito por la calle y tuve la osadía de recitarle un micropoema mio y ella me dio su email y jamás le escribí. Hago cosas que no entiendo y no hago cosas que entiendo. El eje central sigue siendo la incomprensión y el amor.
Pienso en ti muchas veces y pienso en todo lo que hemos vivido y en que nunca, jamás, me has hecho sentir mal, en tu maravilloso corazón despojado de todo ese cliché de oscuridad y tormento de todo a cien del que lo barnizamos todos los demás. Y sin embargo, acercarse a ti es ver lo mucho que sufres muchas veces y lo mucho que te esfuerzas. Pero hasta tu tristeza está bien hecha.
Y te has hecho grande y te has hecho una mujer fascinante. Y te sigo admirando, Eli, por lo bien que eres frágil y fuerte y porque nunca dices todas las inmensas tonterías que digo yo, porque te salvas sola.
Te salvas sola.
Pero yo sigo aquí. Queriéndote.

Nos esperan más viajes. Grecia se nos quedó pequeña. Sitges se nos quedó grande, dios, qué eterno viaje de cercanías, yo lo califiqué de tren de lejanías, es lo que tiene viajar con la resaca de equipaje.

Te adoro y te digo:

"Una ciudad estallando en personas,
hay mil versiones para lo invisible.
Oye, ha vuelto la luz"

Somos como faros que mandan señales, en la noche.

viernes, 15 de julio de 2011

Zaida

Qué te voy a contar a estas alturas. Aunque  nuestras alturas siempre han estado descompensadas, la falta de equilibrio la conocemos bien. Desequilibradas, a mucha honra.
Bien.
Pienso en ti y en un poema leo "La más hermosa suele estar loca".
Pasa el verano, los días de verano. A veces todo me lleva a aquel verano en el que yo estaba loca, más de lo habitual, y fuimos a un cine casi vacío, recuerdo tu mano en la mia. Y aquella noche en el Apolo. El amor es una despensa de recuerdos, tengo la nuestra llena, entro cuando quiero y te veo, nos veo. El amor como despensa es una metáfora que me parece barata y prodigiosa, ya ves.
Podríamos reirnos de la endogamia y, sobre todo, la endogamia se reirá de nosotras. Puede ser que acabe casándome con tu hermana. O que le pidas la mano a Bakartxo después de hacerle la permanente. Permanente, ¿lo único permanente en las bolleras es su rizo? Ahora te estarás riendo y es mi deber comunicarte lo mucho que echo de menos tu risa.
Ayer estaba en casa de mis padres y escuché dos veces la canción que me enviaste. Después, hablando con Laura, escuché tu voz de fondo y tuve algo así como un latigazo de melancolía. Casi pude imaginarte, con pantalones cortos, bebiendo cañas en el Borne. Han estado dos niñas con su padre, ambas pelirrojas, por un momento he visto tus pestañas al sol, no me cansaba de mirarlas, pelo naranja, es sobrenatural y me pregunto dónde coño está La Roux ahora mismo y si tiene intención de grabar algo o es como nosotras, que se duerme en los laureles. Aunque tú sigues rodando. Yo cada día soy menos sistemática. Esto quiere decir vaga, para las que no anden muy finas de léxico.Con las palabras se puede hacer tanto, ¿verdad, Zaida?
Pero a veces no bastan.
Quién nos lo iba a decir.
Abro el correo de la librería y hay una carta de Google, lo cual no deja de parecerme irónico, quizás en la era digital sólo Google manda cartas, no lo sé. El caso es que la carta comienza con un inquietante y romántico "Aunque tú no lo sepas, mucha gente te está buscando". Esto es lo típico que me gustaría contarte por teléfono, en una de esas llamadas tontas, sólo por escucharte reir. Una vez metí tu nombre en google y escribí sobre eso en nadieesmasdeaquí. Ese fotolog es, creo, lo más bonito que he hecho por amor.
Lo pongo todo en duda, menos mi amor.
No permito que nadie dude de mi amor, por muy defectuoso, minúsvalido y maleducado que pueda ser a veces.
Y te quiero. Aunque atravieso este momento en el que las palabras me parecen como tontas chicas guapas. Me fascinan, pero no me las llevaría conmigo.
Aunque tú no lo sepas, yo te estoy buscando.
Es viernes, Zaida, mi amor, nos hemos perdido, te abofetearía, te iría a buscar a los bares, todavía tengo un libro para ti en mi casa, me pregunto por qué te empeñas en hacer de nuestra relación una parodia de Douglash Sirk, tuve una pesadilla en la que cenabas con la novia de mi exnovia que es tu exnovia y con tu novia que es mi examiga y con Irene Bas, tócate el fandango.Ahora puedo reirme, porque todas las pesadillas tienen algo de cómico,  pero mis sueños me dicen que ya está bien. Ya vale. Quiero poder mirar atras y verte. Verte con amor. No dejar espacio al dolor, no entre nosotras, espacio para la resaca y el tiempo por delante para seguir deshaciendo planes, no sólo es Paris lo que no se acaba nunca.

Nosotras tampoco nos acabamos nunca.
Aunque acabes con mis nervios.

La próxima la pagas tú.
Sabes que invierto en bolsa. Tú también.
Pero la sensatez que me queda, me dice que toda historia de amor es una historia de errores y empeños.

Está sonando Francois Hardy y no encuentro la c con el palito.
No encuentro nada últimamente. Pero sigo, sigo buscando.
Te hubieras  reido tanto con mi último delirio en una playa de Ibiza, amanecía y el sol salía directamente del mar, como una enorme bola de discoteca. Naranja, como tú.

Sabes que es una expresión que odio, pero cuídate.

Hay días como hoy en el que el amor es algo parecido a una paz adolescente y llena de granos.

viernes, 1 de julio de 2011

Divagaciones, vacaciones y ,posiblemente, macarrones

Después del éxito arrollador que ha generado la entrada dedicada a la señorita R.Mozaz, esta entrada os va a desencantar, pero como todo amor genera desencanto, pues eso.
Bien, resulta que en Pamplona pasamos de los 38º a los 11 en dos días, cual caprichosa volubilidad lésbica, y si bien hoy visto blusa nueva, verde esperanza, eso no es obstáculo para que la indignación griega estalle directamente en el centro de nuestra tendencia a solapar amantes. Esto es prosa surrealista, efectivamente. Algún día entraré a analizar la existencia de coños surrealista en la España mesetaria, hoy no.
Cosas que hacer hoy:
1- Felicitar a Mariona, que cumple 22 añitos, tierna criatura, ser hermoso en todos los sentidos, lectora inteligente y poseedora de inteligencia emocional, esa sustancia tan difícil de adquirir en el mercado contemporáneo. Mariona posee otra virtud que es compartir cama y otros territorios con Ari, uno de mis amores. Que tengas un día y un verano felices, llenos de la luz que tú desprendes.
2- Ir a revisión oftalmológica. Mi oftalmóloga alaba mis largas pestañas y, como soy muy susceptible al piropo, tiene mi amistad y mi número de tarjeta de crédito.
3- Comer con mis padres. Mi madre me pregunta por teléfono: ¿Prefieres carne o pescado? y, sinceramente, he sentido la parodia de la vida como siempre directamente sobre mí.
4-Felicitar a Julia, que cumple un mes de intensa, feliz y extrañamente equilibrada relación. Hablaremos de su novia otro día, hoy la realidad impone (me detengo a pensar en esto. La realidad no pone, la realidad impone) textos breves.
5-Eludir el tema del Orgullo Guay, del Opus Gay y de otras exhibiciones de desenfreno en nombre del activismo. Sé que generaré odios, pero odio las masas y prefiero la visibilidad cotidiana. También prefiero el pan blanco y el tren, la dispersión y el arrepentimiento.
6-Intentar hacerme ver a mí misma y a las chicas que amo que tenemos un empeño desolador en ver un tunel al final de cada luz, al contrario que el dicho popular. La necesidad de la fe en los tiempos del cólera y el aburrimiento disfrazado de simulacros de acercamiento al corazón de otros seres humanos. ¿Estamos realmente preparadas para la felicidad? O nos da más miedo que las crisis. No lo sé y por otro lado, la mujer de Zapatero me parece tremendamente atractiva, incluso en su constante ejercicio de discreción, algo que me molesta sobremanera por lo que tiene de irreal y seguramente machista y probablemente ficticio.
7-Hacer llegar mi amor, pensar en Ibiza, en tus orejas, en seguir creyendo en adverbios y en nuestras neveras indecentemente desnudas, como la esperanza. Dios, la trascendencia.



Estoy trabajando tanto que ni siquiera me enteré del debate sobre el estado de la nación. Es cierto que nosotras somos más del debate sobre el estado de la relación, y cuando digo nosotras es un plural mayestático, amigas.

Una declaración de amor: quiero que me pares.

Intercambios coitales carentes de sentido y sensibilidad ciegan los días de la nueva generación perdida.

Radiohead canta en 'There, there': "Que lo sientas no significa que esté ahí. Somos accidentes a la espera". Se puede describir todo un territorio amoroso contemporáneo, desasosegante.

¿La poesía existe para sublimar la realidad o tengo la sensación de que la gente se viste espantosamente mal en verano?

El otro día en una novela preciosa que estaba leyendo, uno de los personajes dice "Soy alcohólico. No bebo". Simple, perfecto. Acabaremos alguna de nosotras alguna vez diciendo "Soy bollera. No me acuesto con mujeres"?. Y por otro lado, qué difícil hacer declaraciones de debilidad y autoconocimiento tan transparentes. La literatura sigue siendo mi piscina.

Me voy a Ibiza con mi amor, así que tendréis que sobrevivir sin este blog durante un tiempecito. Tenéis la ayuda de las drogas, del gazpacho y de otros placebos de paraísos artificiales.

Que la luz os irradie. Que las chicas os cojan el teléfono. Que el aire sea lo único (a)condicionado. Que el amor sea siempre sin condiciones y como la ilusión de una habitación donde no falta ni sobra nada, todo en su sitio.

miércoles, 22 de junio de 2011

Silvia

Érase una vez Pamplona, a finales del siglo pasado (y no quiero entrar a analizar como suena esto de vintage y deprimente), cuando todavía no existían los modernos, facebook, ni el MDMA. Aunque os cueste creerlo, éramos felices o moderadamente infelices. Ni siquiera los móviles, que eran como walkie-talkies, eran un apéndice más del cuerpo. Teníamos que llamarnos al fijo y a veces hablar con las madres, teníamos que creer en la casualidad. Yolanda Barcina no gobernaba la Tierra Media. Una época en la que más que salir del armario, colocábamos una bola de discoteca dentro. El M40 fue nuestro Studio 54 y por aquella autopista no pasaban camiones o nosotras los evitábamos. Éramos libres, presas de los nervios.
Y conocí a Silvia.
Todavía guardo como oro en paño, tanto que en realidad no soy capaz de encontrarla, aquella cinta de varios que me grabaste, aquella llamada 'Happy New Year 2000'. Entramos juntas en el segundo milenio, así que tenemos que hablar del milenarismo, cojones, ya. Eres mi amor más antiguo, y eso no sé si es un grado, un mérito o una irresponsabilidad. No conozco a nadie que hable a más revoluciones por minuto que tú, y no precisamente del 15M, de Tunez o de Siria. Esas revoluciones no te interesan. Eres más bien del tipo de revolución que provocan las chicas guapas, con amplio historial de trastornos, las revoluciones que ocurren por debajo de las bragas, por encima de lo razonable. Eres militante sólo de las chicas locas. Porque tu corazón es irracional, como el mio y me encanta esta paradoja, una vez te mandé un micropoema donde decía que al corazón habría que llamarlo cosinrazón .
Silvia es una mujer sistemática en los errores, experta en sopas (nos das sopas con ondas a todas), creadora de sopas, aunque huye del sopor, prometo abandonar los juegos de palabras algún día. Silvia me divierte, me aturde, me agita, es mi mejor debilidad y eso es decir mucho, viniendo de una mujer llena de debilidades como yo, tantas clases de debilidades. Yo por Silvia sería capaz  hasta de hacer deporte. Si nos llaman bolleras trasnochadas, será porque nos gusta salir por la noche y entrar en crisis. Somos de pueblo, pero sabemos que lo único universal es el desamor y la resaca. También sabemos que el mejor museo, el que acumula más saber antropológico, es un after a las 7 de la mañana.
Si el amor es ciego, la amistad es bizca. Nuestra historia de amor es estrábica, apunta para tantos lados que se agotó hasta el apuntador. Adoro cuando me cuentas tus cortejos instántaneos con los hombres y las travesías en el desierto con las mujeres. Eres antimoderna y precisamente por eso, eres la más moderna. Tus rizos son arte primitivo, tu sobrino es arte conceptual, tus hermanas son arte expresionista Aspiro a todo contigo, y no estoy hablando de drogas.
Si te sacas el carnet de conducir, llévame lejos, contigo.
Eres de las pocas personas que no se agotan de mí, tú y yo somos inagotables, somos prehistoria y vanguardia, somos futuro.
Y no habrá mejor guionista que tú en el mundo, porque cada vez que me llamas yo veo una película de aventuras, desventuras, cine de autor y ciencia ficción. Eres brillante, debería decírtelo todos los días.

Silvia, quiero hacerme mayor contigo, plantar un hijo, escribir un árbol y tener un libro. Lo que sea, porque nos hemos sobrevivido a nosotras mismas y eso debe ser la eternidad.

Felicidades, te quiero

viernes, 17 de junio de 2011

Viaje sentimental

Si la memoria es la inteligencia de los tontos, me declaro retrasada, muy retrasada. Porque resulta que me acuerdo. Me acuerdo.
Yo compro billetes de ida, porque estoy loca, ida, loca, pero Laura compró billete de ida y vuelta, porque está de vuelta de todo menos de alguien, está devuelta.
Lo dejamos todo a medias, inventamos géneros literarios nuevos, no fregamos absolutamente ningún vaso, el delirium tremens como forma de arte, Herman Dune por la mañana, dormir es innecesario, tanto como los hombres, la eterna ginkana de la cama al sofá, el eterno gintonic de la cama al sofá. Maite llegó e intentó poner cordura. Resultado: ella también se volvió loca. MJ y ella dejaron un día de ir a trabajar, nos dedicamos a bebernos Europa entera, la única taza que no utilizamos fue la del water y tampoco estoy del todo segura. Estoy del todo insegura con mujeres como ellas, que exacerban cada emoción posible en mí.
Yo y mi miedo a que me desordenen los cd's. Yo y mi reticencia a la verticalidad, porque las mejores cosas las haga tumbada, sentada o en posición tántrica de grulla expectante. Yo y mi frigorífico vacío. Yo y mi necesidad de detener el tiempo, a veces. Romy Schneider, Romy Schneider, Romy Schneider. Los ciervos de Pamplona, repentinamente sin cuernos, esta frase daría para muchas parodias y estoy con catarro. Lo importante es amar, aunque no entiendas de qué coño va la película. Hablar con la yaya de Laura y hablarle de Sodoma y Gomorra. Alimentar a mil y un aves diferentes, darles el único pan que teníamos, me causó problemas mi vocación de San Francisco de Asís, le estropeé un coito a un pavo real, siempre he estado enamorada de los cisnes y de los gorriones. Maite y su pelito cortado de la nuca. Tomarnos un té a las 6 de la mañana, como si nada, hola qué tal, encantada. Las bicis, ver a Laura en bici detrás de mí, no le dije nada, pero en un momento dado temí por la vida de un señor bajito al que casi atropella, estoy de acuerdo en que un hombre merece un atropello sistemático. Nosotras nos atropellamos con palabras constantemente, ¿me dejarías pintarte un bigote? El mapa de Alaska. Los vinos que nos tomamos en los bares, en las calles donde hay borrokas en vez de modernos, tu pañuelo fuera de lugar, dentro de la Historia. No eres machista, eres misógina. No eres poeta, poh estah tampoko. Las resacas sin beber, la resaca de la falta de sueño, la resaca del exceso de amor, las tres mujeres más hermosas en mi salón, bailando Stereo Total, con una falta de coherencia coreográfica capaz de enamorar a un canguro. ¿Si vas a currar de canguro a Australia es redundancia o fatalidad? Y qué decir de la excursión, oh, cielos, todas mis naúseas, pero sentir mi pie en la mano de Maite y querer vomitar sólo amor, alguna clase de eternidad, tres horas para consensuar un menú, dos para comerlo y sólo 5 minutos para indigestarme, las piernas que no caben en ninguna parte, el miedo a los choques frontales más allá de la metáfora, 4 excursionistas derrotadas en busca de la arcada perdida, la cala más hermosa del mundo, un paisaje sólo estropeado por bañistas excesivamente peludos, el bote de detergente, Marijose como la sirena más incongruentemente bella, qué bien nada, que nada más llena.
Escribir, beber, vivir y contarlo.
Me dejo muchas cosas.
Como siempre.
Pero me acuerdo.

Diálogo de medianoche:

N: ¿Y esta cicatriz tan mona que tienes en la cara?
L: Me la hizo la enfermera al nacer. Fue la primera mujer en hacerme daño.

Si esto no es el principio de algo y si el amor no es el único sinsentido que tiene sentido, que venga Fassbinder y me lo diga.

jueves, 9 de junio de 2011

inteligencia emocional, ese oxímoron

Cuando me traes en coche a la librería nos gusta mirar a la gente que pasa. El premio de hoy se lo ha llevado una señora con un peinado 'Rod Stewart' fascinante.
Tengo que confesar que me estoy creciendo. Este blog acumula cada vez más visitas, hordas y hordas de chicas, ex alcohólicos, artistas visuales y agricultores colapsan la red buscando su chute diario de dramasycaballeros.
Bien, amigas, manejo una responsabilidad muy grande entre manos, ya no puedo decir cualquier tontería que se me ocurra, así que las consignas a partir de ahora serán del tipo ecuménico, analítico, mixtificado y simbiótico, adjetivos todos de los que desconozco el significado, si lo hubiere. Ahí van algunas:

-La delgada línea que separa la resaca del infierno. Causas y efectos.
-El concepto de exnovia como premio honorífico a toda una carrera emocional impecablemente desastrosa. Te hacemos entrega de La Exnovia de Oro.
-Alfredo Pérez Rubalcaba o el porqué de mis parafilias.
-La presencia insidiosa del maiz dulce en la ensalada española de los últimos años. Sus repercusiones en mi estabilidad emocional, si la hubiera.
-La falta de higiene capilar en los transportes públicos. La seborrea como concepto de participación ciudadana. 
-Similitudes entre la cerveza sin alcohol y la ausencia de orgasmos vaginales. Comparativa y marketing directo.
-Faulkner y Pérez Galdos. El bigote en la literatura.
-La confusión, la psique, el espárrago triguero y Andres Iniesta. Lugares comunes, si los hubiera.

Bien.
Por ahí van los tiros.
Estoy dispuesta a desarrollar uno de estos temas, a petición popular. Democracia real ya. Lesbianismo irreal ya.

Y me despido recomendando un libro maravilloso, de título maravilloso y portada maravillosa. 'Fotos tuyas cuando empiezas a envejecer', de un chico boliviano, Maximiliano Barrientos. Espero que todas mis amigas lo compren rápidamente, que todos lo compréis rápidamente. Anoche leí esto y me enamoré del libro, del autor, del pais y de Evo Morales, si hace falta:

"...tienen miedo pero encuentran los mecanismos necesarios para atenuarlo. Entran y salen de la vida de otras personas a distintas velocidades produciendo todo tipo de heridas, pero ahora están donde deberían estar".

El viernes que viene es nuestro aniversario.

Oh.

Sólo puedo decir oh.

lunes, 6 de junio de 2011

poesía a saco (mini poema antipoético)

Estaba leyendo a Auden y me detengo en un verso, uno sólo, ante el que hago reverencia: "diseña su propia tristeza". Auden a veces me gusta y otras no, como la mayoría de las chicas, y esta comparación es así, improvisada. Se te nota que improvisas. Este verso es mio.
Mañana hablo en la radio de 'Crónicas del desamor', un libro con el que estoy firmemente comprometida, ya he obligado a comprárselo a 5 clientes. A veces los libreros tenemos la obligación de que algunos libros sean abiertos.
Y acordándome de otro poeta, Luis García Montero escribió algo así como "Lo malo no es que yo pierda memoria, sino que mi pasado no se acuerde de mí". 
Como no hablo catalán, me pierdo cosas. Aunque ya sabéis que me aprendí las instrucciones de los tampones en catalán, porque la caja de tampones Eroski que estaba en mi baño me miraba cada vez que me sentaba en la taza, con aquel fascinante texto: "L'extrem superior suau y arrodonit d'laplicador..." era mi frase preferida, mi lema, y sé que está mal escrita. Suena tan bien. Bueno, el caso es que Laura me manda un poema de Bego Ricart y lo he leido esta mañana a las 9:23 y desde aquí pido la traducción y publicación de su obra. 
Sigamos con la poesía, ese género superventas. Voy a improvisar un poema sobre la crisis del pepino:

Nos entretuvimos con el pepino,
para no pensar en lo demás,
su verde erección en las portadas,
la defensa de sus beneficios.
Cómo nos gusta distraernos,
la tristeza de las hortalizas,
colapsa el mundo.

Como podéis ver, combino bien abstracción y estupidez.

Y ahora, un chiste privado para Maite, en homenaje a la resaca tan feliz que tuvimos ayer: ¡Todos somos contingentes, pero tú, Maite, además eres necesaria!

Queridas, ya que este blog cosecha cada vez más visitas y menos comentarios, algo debo hacer mal, así que voy a añadir dos comentarios inventados por mí, en la línea de lo que me gustaría que me escribieran mis lectoras y psicópatas afines. Veáse: comentarios.

Los lunes son proclives a la experiencia humana más aterradora: la negación.

martes, 31 de mayo de 2011

Pepinos y perros dormidos

Sigo muy de cerca la crisis del pepino español. Es inevitable considerar las implicaciones feministas y filosóficas del tema. El pepino, ese tema.
Por otro lado, todavía me recupero de la noche del sábado, en la que Silvia, Maite y yo nos erigimos en protagonistas de múltiples aventuras. Acabar la noche en una casa donde dos perros bulldog tenían una capacidad de raciocionio superior a todos los humanos allí presentes, es sin duda algo a tener en cuenta.
Parece ser que en el Primavera Sound hubo conciertos, aunque ninguno de los testimonios que he recabado pueden asegurarlo del todo. Lo que sí hubo fueron cosas de las que prefiero no hablar, entre otras cosas porque mi religión no me lo permite. Sabiendo que soy electro-agnóstica, que cada una saque sus conclusiones. Si es que existe alguien que dedique un minuto de su vida a extraer conclusiones de las cosas, claro.
A veces no te puedes ir a dormir sin fascinar a alguien.
Son pensamientos sueltos. Sueltos, ligeros de cascos.
Como estoy bastante absurda, se me ocurre que voy a improvisar un cuento, a ver qué sale:

Me hallaba sumida en unos pantalones versátiles, mitad pitillo, mitad puro, en uno de esos días en los que no sabes si ponerte a leer a Baudrillard o cagarte en su puta madre, ya que soy de las que piensan que Baudrillard tiene la culpa de todo. Me hallaba, decía, o me perdía, no lo sé, pero desde luego era martes y mis deseos de despertarme siendo finlandesa seguían sin hacerse realidad. Aunque a veces también deseaba que la realidad se hiciera ficción. Empecé a perpertrar un desayuno de autor. Consistía en hamburguesa, té con leche y brazo de gitano, que para eso soy una racista tan exquisita. Eran las 7 de la mañana y no se me había despertado el apetito todavía, normal. Le di un codazo para que reaccionara y me puse a comer con entusiasmo y cierta naúsea cosmogenética. ¿Qué haría Denzel Washington en ese preciso momento? Sé que es una incógnita que tenemos todos, pero a mí me perseguía constantemente, no la incógnita, sino él, Denzel. Habíamos sido amantes interraciales y surrealistas y él no había asimilado bien nuestra ruptura, sobre todo mis terribles declaraciones antes de dar un portazo teatral: "Te mentí cuando dije que había llorado viendo 'Grita libertad', me dormí, oh, sí, y ronqué, ronqué muchísimo".
A quien madruga, Dios le hace un corte de mangas, así que me quedaban tantas horas por delante para acabar el día, que me puse a hacer punto de cruz digital, que es una cosa que todos deberíais probar. Coser digitalmente no tiene sentido, ¿pero qué lo tiene hoy en día?

FIN

Espero que os haya gustado el cuento.
Aprovecho para saludar a mi novia, a mis amigas, al Director de la Academia de la Historia (te has lucido, chato) y a los dos perritos bulldog, Tyson y Luna.
Abajo el pepino, arriba el conejo.
Este es el final sutil y poético que todas estabáis esperando.

martes, 24 de mayo de 2011

Ha sido ésa

Digamos que Bob Dylan cumple 70 años.
Digamos que después de días radiantes se suceden días sin luz. Hoy venía en bici mirando las nubes. Recuerdo que en Biarritz encontré una con forma de cocodrilo.
En la librería empecé ayer a leer 'El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia', que me parece un título maravilloso, partiendo de su esencia cursi. Lo escribe Patricio Pron, uno de los escritores jóvenes que más me gusta. Le gusta poner títulos largos. El anterior era 'El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan'. Yo pensaba abrazar por ese título a Patricio, que iba a venir a la librería dentro de las charlas y ciclos que hacemos cada año, pero en el último momento se puso enfermo y no vino. Así que soy La Chica que Casi Conoció a Patricio Pron.
Anoche tuve una charla antes de dormir con Silvia. En un momento dado nos pusimos a hablar de mi exnovia. Me di cuenta de cómo el tiempo ha ido convirtiendo mi dolor en un órgano propio que yo conozco y no conozco. Como conozco y no conozco mi páncreas. Dentro de mí no le tengo miedo. Recordé, no sé por qué, los dedos de sus pies y en cómo los amaba, eran tan feos, eran preciosos. Pensé en el paso del tiempo y qué es lo que no quiero en mi vida. Pensé en quién soy y cuando estaba a punto de llegar a unas cotas de indagación filosófica y de revelaciones audaces, decidí dormir. Lo decidí. Leí algunos poemas de Anne Sexton y volví a leer la carta que Maite me escribió el domingo, antes de ir a votar. Miré al techo, en la calle un borracho gritó "que os jodan a todos" y sonreí.
 El sábado me cagó una paloma en la cabeza. Nunca me había pasado. Tú te reías y yo me puse roja, buscando una explicación. Una señora que podía ser rumana, rusa o brillante, señaló a una paloma que comía pan en la acera y dijo "Ha sido ésa". Y añadió "Eso, buena suerte. Tú comprar lotería". Yo sólo podía decir "Pero si soy la única que defiende a las palomas. Y encima me cagan. Seres traicioneros, bolleras". Mereció la pena tu risa a mis espaldas subiendo las escaleras.

Si el PP pide elecciones anticipadas, yo pido erecciones postergadas.

Acaba de llegar Marijose, despeinada, en visita-sorpresa matutina.
Así que me despido para rendirle honores.

Y citando a Julia: Lo malo de los martes, es que duran todo el día.


viernes, 20 de mayo de 2011

Centro de gravedad permanente

Hace calor y cultivo pensamientos profundos. Como por ejemplo: a pesar de que veo a Paz Vega en todos los anuncios y fotos y eventos del mundo, creo que esta tia hace siglos que no hace cine, no? ¿Alguien llama a Paz Vega para una peli? ¿Es posible que su marido se llame Orson?
Escuchamos en la librería el disco de Espanto, el de The Kills, Javiera Mena y Vivian Girls. También pongo Franco Battiato y tengo una discusión con un chico. Yo defiendo a Battiato y 'Centro de gravedad permanente' es una canción absolutamente maravillosa.
El concepto de osadía.
El concepto de aristocracia emocional.
La gente que no sonríe en los bares.
Mini cuento: Ella tenía una confianza ciega en su novia. Pero cuando estaba sobria....FIN
En 'La montaña mágica', el protagonista asiste a una conferencia titulada 'El amor como fuerza patógena'.
Pienso continuamente en ti.
Ayer vi 'En un mundo mejor'. Me gustan muchísimo las pelis de Susanne Bier. Estábamos tres personas en el cine. No superamos aquella vez en la que estábamos sólo dos parejas y la otra eran una primera exnovia y su novio. Me encanta el sentido del humor malévolo del azar en una ciudad de provincias.
Los Planetas cantan "no será peor de lo que era, seguro que es mejor".
Hay declaraciones de amor que ya no me apetece hacer, creo que tengo crédito en algunas relaciones.
Lea Seydoux, nuestra nueva musa.
Mi hermana me anima a escribir. Yo le animo a enseñarnos algo a todas. No, no sé si todas valemos tanto la pena como ella.
Una comedia romántica-neurótica sobre chicas. Un bollevil.
Me siento guapa. De pie también.
Mi abuela no quiere votar en las elecciones. Le digo que lo haga por mí, y en realidad, yo todavía no he decidido mi voto. Ella dice que a la mierda. Yo me río.
Hacer coladas usando suavizante pensando que era detergente y suavizante, aparte. Redundancia de suavizante en mi ropa. Suave, todo suave, pero sucio, todo sucio. Suave y sucio, así sería un buen polvo, ahora que lo pienso. Mi madre me deslegitima como ama de casa, yo protesto, protesta no admitida. Las madres, rehenes del asombro.

Mi centro de gravedad permanente. Tú.

martes, 17 de mayo de 2011

Laura

Lo nuestro fue desamor a primera vista. Tuvimos una gran química desde el principio, muchas sustancias alrededor, sí. Estábamos en desacuerdo en todo y casi me echas de tu casa. Y eso que siempre me he tenido por una gran invitada, de las que se comen las croquetas y el coño de sus anfitrionas.
En todo caso, todo gran amor empieza por un gran desencuentro. Qué me van a contar a mí, que ahora estoy felizmente comprometida, supermetida, con mi enemiga ancestral de Pamplona.
Laura, cómo hablar de Laura sin hablar de la tendencia al caos y a la realización de videoclips feministas underground. La manera en la que te peinas el pelo hacia atrás cuando sales de la ducha. Esa risa escandalosamente perfecta. Tu vocación de fidelidad chocando con una realidad llena de chicas guapas. Un corazón cortocircuitado por tu generación degenerada, las múltiples pantallas de las redes sociales echando humo y azufre, añadiría yo, y tú, ahí, en realidad una chica de pueblo, como yo, que se desconcierta fácil y que es de una ingenuidad amorosa de preescolar.
Ahora hay pocas mujeres con las que tenga tantas cosas en común como contigo. Afortunadamente, ninguna de esas cosas es una exnovia. Consideramos ambas que Stereo Total son EL GRUPO. Tolstoi un abuelo al que leer obligatoriamente. El lesbianismo, una forma extraña de sentido del humor de Dios. Los festivales de música, un campo de concentración de modernos, una gigantesca excusa argumental. Bueno, esto no sé si tú también lo piensas. Las madres, una explosiva mezcla de sabiduría e ignorancia. Deberíamos inspirarnos en nuestras madres heterosexuales y en nuestros padres ausentes para crear una nueva dinámica amorosa o para desarrollar nuevas patologías o tal vez para aprender a descongelar el frigorífico (y con eso, la alusión a cierta pelirroja es más que evidente).
Tienes la tendencia a descubrir a las mujeres de tu vida en el momento exacto en el que se alejan. Qué mal llevamos el abandono. Y con eso me refiero también a la falta de depilación. Siempre hablamos de amor. Tienes muchas ganas de ser feliz, me consta. Dejemos que ellas se den cuenta de que somos maravillosas. Eres maravillosa. Te vistes de Inditex y parece que vas de Prada. Compaginas multiempleos con bastante naturalidad, el trastorno de personalidad lo traemos de serie. Y hablando de series, tu vida es una serie brillante. Infinidad de rosas. Tenemos tantos libros por leer como libros por publicar, si no fuera por nuestra tendencia a la inconstancia y a vivir. Vivir imposibilita el arte, qué le vamos a hacer.
Eres la mujer de la nueva era. Y tú sabes de qué era te estoy hablando.
Vente a provincias a desintoxicarte de ti, vamos a comer espárragos y a citar a Diane Keaton hablando del órgano sexual masculino. Tengamos la fiesta en paz, la guerra para las demas. 

Te quiero.

Los problemas cotidianos se comen a los existenciales.
Mi consejo de hoy: haz la declaración de la renta y verás qué pronto el conflicto amoroso se diluye cual azúcar en el té.



jueves, 12 de mayo de 2011

Resistencia

Estoy de vacaciones. Hago un alto para hablar de la felicidad. Esta mañana leía una entrevista que Nacho Vegas se hace a sí mismo en la que responde acerca del sentido de hacer canciones. Y se responde diciendo que son una forma de resistencia. Pienso que el amor también es una forma de resistencia. Resistencia frente al mundo, frente a nuestras propias cabezas que van a la velocidad de la luz, arruinando a a veces nuestra posibilidad.
En Francia, en aquellas playas de belleza intolerable, borracha de luz, viéndote a lo lejos pegándote al mar, mientras yo leía y te miraba, entendí alguna cosa esencial sobre la vida, algo que ni siquiera soy capaz de articular con precisión. Nos mirábamos de vez en cuando, atónitas de lo fácil que puede ser en realidad. Nosotras, reivindicadas como intensas y cansadas de correr hacia delante, encontramos ahora la posibilidad de una isla. Tuya y mia. Leí en la playa algo que te comenté días más tarde, porque en ese momento lo guardé para mí: "La felicidad consiste en vivir por debajo de tus posibilidades".
Y por detrás de una frase que puede parecer de libro de autoayuda, entendí, entendí que era absolutamente cierto y recordé tantos años de mi vida esforzándome por una vida que fuera cinematográfica, absoluta y con todos los ingredientes literarios, viviendo las historias de amor al límite de su periferia, soñando sueños de otros y malogrando mi alegría.
No sé si todo esto le sirve de algo a alguien, quizás soy más interesante a ojos de un lector abstracto cuando hablo desde la duda y cuando me escondo hablando de las mujeres de mi vida.
Sólo sé que es jueves, que escribo con mi abuela al lado, hoy lleva una blusa de seda de color aguamarina (nunca pensé que sería capaz de nombrar algo como aguamarina, pero vengo del mar y la blusa de mi abuela me recuerda al mar en las costas francesas) y miramos un concurso en la tele y ella se sabe las respuestas y yo critico al presentador y a los concursantes porque desde que Ainara dejó la tele, pienso que la gente inteligente nunca va a los concursos y, en fin, soy feliz.
 Resisto.
Aquí y ahora.

jueves, 5 de mayo de 2011

Sinceramente, es mentira

Ayer íbamos en el coche escuchando a los Beach Boys, porque a mí a veces me dan puntos raros. Había estado rescatando discos viejos de casa de mis padres. Y de repente me encuentro con la maravillosa canción 'Still cruising' y me la tomo, quisieran ellos o no, como un himno al cancaneo, al cruising más salvaje. Espero que Marc y Zaida la adopten como himno antes de salir de su pisito un viernes noche.
"Come on let's cruise, got nothing to lose".
Temazo.

Por la noche vimos en la tele 'Río bravo' una película que me sé casi de memoria. El abuelo de Maite sólo ve westerns, una y otra vez. Esta película es  sobre los perdedores como forma de victoria, tiene unos diálogos brillantes, se nota que Howard Hawks pone un poco de sus maravillosas comedias románticas aquí, en el oeste. Y, joder, Angie Dickinson. Maite se durmió y yo la desperté para hacerle la ola a Angie en todas sus secuencias. Creo que no he visto en mi vida a una mujer más guapa que ella en esta peli. Qué pena que su personaje, una jugadora profesional, sin casa y sin rumbo que se enamora del sheriff (John Wayne) y lleva la iniciativa sexual todo el rato, acabe haciendo un discurso sobre la necesidad de un hombre que te ponga un burka por amor. Pero Angie, Angie, Angie, te adoro.

Estaba ojeando esta mañana un catálogo de Anagrama con las próximas novedades y me he encontrado un título que me ha hecho pensar en Silvia, que anda estos días muy preocupada con la moral y la necesidad de la verdad, asunto que aparentemente no entra en contradicción con sus tendencias lésbicas. El libro se titula 'El arte de no decir la verdad'. Una vez yo ironicé sobre todo esto y escribí la frase "Sinceramente, es mentira".

Si una embarazada habla de sí misma...¿es autobombo?

Camisetas nuevas, mejillones al vapor, la próxima superproducción fílmica de Zaida Carmona, Obama dando lecciones de democracia a golpe de tiro en la cabeza, hablando de poesía en la librería con un señor que se llama Emiliano, dos litros y medio de agua al día con sus repercursiones en mis nervios, descubro un autor nuevo esta mañana y me encanta el empezar de su novela "Recuerdo haberme masturbado una vez pensando en mí mismo y no haber obtenido placer alguno", estoy pensando en escribir un libro de recetas con el título 'Alimentando el ego' y que vaya dirigido a analfabetas que van de interesantes, Laura Dronda está guapísima después de su pasión turca, un niño de 11 años me acaba de pedir un libro de Ricky Gervais, no entiendo nada,  pasa la tarde, no sé por qué me viene a la cabeza la imagen de Kiko Veneno cuando hacía de Frankenstein en 'La bola de cristal', lo adoraba, me gustaría pasar una noche loca con todas mis amigas en el hotel de Julia, en plan rockstar con caprichos obscenos en las habitaciones, Mayo es un mes esperanzador, raro y el mes en el que me enamoré por primera vez, me pregunto dónde estará Aurora ahora mismo, seguramente en un clima tropical, con la mujer que susurra al oído de los elefantes.

La revolución es quedarte quieta exactamente donde quieres estar.

martes, 3 de mayo de 2011

Marijose

Me acuerdo de aquella primera cita que tuvimos en aquella terraza de Yamaguchi. Hacía sol y yo iba de chica guapa. En realidad era una gilipollas desorientada a la que habían abandonado y  había metido todas sus cosas, sus dos gatos y los restos del naufragio en una furgoneta alquilada por mi hermana, que había venido en mi rescate. En aquella conversación ya encontramos las conexiones inevitablemente paródicas del lesbianismo globalizado. Hablamos de libros, de chicas, de nuestra ciudad. Querías ser médico. Yo quería ser feliz. Dos objetivos igualmente dificiles en el siglo XXI.
Han pasado tres años y me encanta sentarme contigo y hablar, mirarnos, decir tonterías, me aguantas todas mis reflexiones y mis irreflexiones. Vimos a Nacho Vegas en una noche absolutamente inspirada. Nunca pasamos una noche juntas y cuántas noches hemos pasado juntas. Nos hemos regalado tantos libros con las dedicatorias más neorrománticas. Una vez me hiciste llorar con una carta. Cada una de aquellas palabras, las recuerdo, pienso en ellas a menudo. Hemos ido al cine, nos hemos emborrachado, casi siempre tú me has visto llorar y me has consolado. Yo todavía no te he visto llorar, aunque ayer te brillaban los ojos. Eres tan absolutamente hermosa.
A veces vamos en bici y te juro que soy consciente de lo bien que me siento contigo. Y pedaleo y miro atrás y tu bici verde me tranquiliza. Soy una inestable. Pero te hago reir. Creo que no he conocido a nadie como tú, una vez ya escribí sobre ti en aquel fotolog que hacía para Zaida y aquella vez me di cuenta de que sólo a ti no podía caricaturizarte. Haces las cosas bien. Haces las cosas tan bien.
Nos enfrentamos a un tercer verano. Pamplona es una ciudad que nosotras comprendemos a la perfección y que es del tamaño justo de nuestros sueños. No necesitamos cosmópolis. Vienes a verme a la librería y hablamos de Susan Sontag, Patricia Highsmith y otras bolleras del montón. Es como un cotilleo ilustrado.
No tenemos facebook, ni falta que nos hace. Somos vecinas y hay noches que a mí me tranquiliza saber que duermes a la vuelta de la esquina. Las escaleras de tu casa, las maldigo cada vez. Tenemos todos los planes del mundo pendientes, hasta los imposibles.

Nefrología. Tú y yo sabemos qué significa. Hoy el cielo está nublado y pienso en ti.
Eres lo mejor que me ha pasado en esta pequeña ciudad impecable.
Tu corazón tiene una dimensión sobrenatural, que yo no alcanzo a comprender. Seguramente porque no tengo reflejos. Intento aprender, intento aprender de ti.
Espero verte esta tarde.
Me viene a la cabeza tu imagen de anoche, empujando el arroz con ese trozo metálico de la cocacola. No sé cómo se llama. A veces no se les pone nombre a las cosas pequeñas. Yo a lo nuestro, lo llamo amor.

"Gloriosa ingenuidad del amor a los treinta
aunque en verdad
no cuenta la edad sino la postura al caer".


miércoles, 27 de abril de 2011

Canibalizar

Acabo de leer algo que me hace pensar en Zaida, en mí y en cualquiera, en realidad.
"Los que aman siempre acaban al otro lado de un teléfono, jodidos".
Después de la Semana Santa, estoy todavía con un espíritu profundamente vago, anticlerical y reflexivo.

Maite y yo nos fascinamos con la jequesa de Qatar, una mujer insoportablemente hermosa. Hacemos comentarios sobre ella y sobre las diversas gamas de prostitución. Atención a la jequesa:

Las caras de bobos del rey y de Zapatero frente a ella, casi me conmueven.

En cuanto termine este breve escrito, voy a empezar a leer 'Sobre el derecho del escritor a canibalizar la vida de los demás' de Guy de Maupassant, un señor maravilloso del XIX, para las que no lo conozcan. Pienso en el derecho de las exnovias a canibalizar la vida de las demás, en el derecho de las madres a canibalizar, en el derecho de los camareros prepotentes detrás de sus barras a canibalizar y, en definitiva, en el derecho de la belleza y la estupidez a canibalizar.

Nos bebemos todo, hasta las copas de los árboles.
En realidad, yo no bebo tanto, a pesar de lo cual sigo sin contacto excesivo con la realidad.
La realidad es una cosa horrible, como la película de anoche sobre la historia de amor de Guillermo y Kate. Él se enamoró de ella cuando la vio desfilar con un camisón transparente. Qué bonito. Suspiran las chicas que sueñan con un braguetazo de ensueño.
Odio las bodas reales. Esta frase me fascina. Odio las bodas reales, las irreales y las surrealistas. La única boda que no odio es la idea de mi boda, algún día, teniendo la delicadeza de no invitar a nadie y de no pedirle permiso a Dios.
Y si la vida es un permanente dejà vù, seguramente hoy vuelven a jugar Real Madrid y Barça.
La poética de la repetición o Heráclito vestido con pantalón corto.

A Zaida le diré que me importa poco lo que haga con sus exnovias, siempre y cuando no olvide que suelen ser seres cobardes y con una amnesia selectiva de lo más exquisita. A todas las exnovias del mundo les digo que nunca serán  mejores que como el día que las soñamos.
Y a ti, Zaida, te digo:

"Elegimos la forma más lenta de volver a casa,
pero ya estamos cerca".

martes, 19 de abril de 2011

Julia

Nunca sabemos cuándo va a hacer su aparición en nuestra vida alguien con capacidad para alterarla de manera fundamental. Lo único que sabemos es que cuando sucede, no debemos apartar la mirada.
Conocí a Julia en un momento de mi vida en el que no esperaba nada de la gente y, por lo tanto, esperaba todo de la gente. Ese momento en el que estás cansada de ciertos ritos afectivos, de lanzar piedras en la noche a la ventana  de los otros para que se asomen. Tenía dudas sobre mí, las habituales y otras recientes, sangrantes. La noche no me iluminaba. Las chicas en Barcelona, como siempre, inconscientes y terribles. 
Y como ya he escrito muchas veces sobre esa noche en la que la conocí, sólo quiero reiterar que ella abrió un camino de luz incesante para mí. Cuando la conocí ella lloraba a diario, sin embargo pocas veces nos hemos reído tanto. El exceso, somos excesivas, y creo que nuestro corazón en realidad es de un blanco tembloroso.
Y mañana vienes, Julia, y ya me anticipas la alegría.
Hoy he leído algo que me ha hecho pensar en ti: "despreciar los tesoros es cosa de cada cual, siempre que después cada cual no se queje".

Yo a este tesoro, le saco brillo cada día.

viernes, 15 de abril de 2011

incendios

Si este blog tiene alguna mínima capacidad de convocatoria, quiero ponerme hoy un pelín solemne y pedir a todo lector, lectora, amiga, ex amante, hermana, fan (espero tener alguna), personaje,  y pervertido habitual que entra por google a través de extrañas palabras de búsqueda, que vea la película 'Incendies', franco-canadiense.
Creo que es de las películas más brutales, emocionantes y delicadas que he visto en mucho tiempo, además de un ejercicio cinematográfico exquisito. Una peli imprescindible. No desvelaré nada sobre el tema ni la trama. Sólo decir que habla del horror, del dolor, de la redención y de la búsqueda personal de respuestas en un mundo sin respuestas, sumido en el espanto. Maite y yo salimos anoche tan tocadas de verla, que estuvimos hablando y hablando sobre ella, hasta dormirnos tarde, mejores y más inquietas, la forma en la que debe dejarnos el arte, sea cual sea su formato.

Y es viernes, queridas, mi día de la semana preferido, ése en el que soy feliz por vocación y por determinismo genético. Estos días estoy adelgazando por fuera y ensanchándome por dentro. Noto mis sentimientos en toda su gigantesca capacidad para impulsarme. Hablé con Julia ayer por teléfono sobre los sentimientos y cuánto nos importan. Ella es una mujer catedrática en ese campo de batalla que es el pensar en alguien y en ser consecuente con eso. Porque yo me pregunto, ¿sirve de algo pensar en alguien sin ser activista de ese pensamiento? Puede ser que no me explique, no me importa, hoy es el día del libro, ese típico día de algo que tan estúpido me parece, como el día de la fibrosis quística o el día de la república, igual de inútiles en una cotidianidad donde nadie sabe nada ni le importa, entra gente en la librería, hablo con un chico de poesía y de Barcelona, me llama mi madre para saber cómo ando de mis pequeños dolores físicos y eso me hace recordar un libro que se titulaba 'Mil dolores pequeños' y cuánto me gustó ese título, colecciono títulos que me gustan, hoy es uno de esos días fríos de primavera con un sol débil pero persistente, uno de esos días de belleza intrépida y desapercibida.

Mi gata Julieta tiene una dermatitis extraña, tiene costras en la piel. Y sin embargo, es la criatura más hermosa que he visto en mi vida. Cuando ronronea, lo hace siempre mirándote a los ojos.
Puede resultar difícil encontrar un hilo argumental en todo esto.
Me parece perfectamente compatible con el hecho de que Berlusconi merece ser linchado en un bar de bolleras. Se me acaba de ocurrir.
Y para redimir a Italia, voy a leer a Natalia Ginzburg un rato. Estoy con 'Las palabras de la noche'.

Que arda el viernes.


miércoles, 13 de abril de 2011

Maite

El otro día escuché a Ray Loriga decir en una entrevista que en la poesía no hay clase media. Es buena o es mala. Recuerdo esto porque ayer rescaté de tu mesilla de noche aquella carta que te escribí hace unas semanas, aquella noche que discutimos, sí, aquella noche del cumple de Aniana. Y esa carta, que todavía no has leído, en realidad es un poema de amor, me di cuenta anoche, antes de dormir. Puede ser que sea mala poesía, pero lo escribí borracha y enamorada y te lo copio aquí, porque no me importa ser estruendosamente íntima por ti:

Quizás no me explico con claridad.
Quizás no siento con claridad.
Quizás no soy con claridad.
Pero qué poco oscura me siento desde el verano pasado.
Mi amor no siempre progresa adecuadamente.
Sólo yo sé cómo se esfuerza
.
Estás dormida, yo problamente borracha. No, seguramente.
Cómo me gustaría ahora explicarte mi cuerpo entero, conquistar el futuro en los pelos que dejas por todas partes.
Me pregunto qué puedo hacer para quedarme quieta en un sentimiento. Algo parecido a esto.
Duermes, y me concentro en desear que tu sueño sea mejor que mi amor,
porque te quiero así, por delante de mí y de la noche, que nunca tiene respuestas.

Le pedimos demasiado a las noches.
Bastaría con callar y esperar, simplemente, que nada se detenga.
Que nada se detenga.
Que nada se detenga.

No sé si sabes cómo te quiero estos días de primavera.
Creo que sí lo sabes, pero a veces no basta.
Es normal, somo animales temerosos.
Si supiéramos zarandear el corazón ajeno con la infinita delicadeza necesaria.
El amor es la mayor fuente de futuro y desencanto.

Qué importante es para mí acortar los caminos de la diplomacia amorosa,
ocultar mi pudor,
soy tan ignorante a veces, yo, que no hago más que hablar de amor.

Quiero que nuestro cuento sea el cuento de nunca acabar.
Y de todo este amasijo de palabras escritas borracha para ti,
te hago un resumen de las dos ideas fundamentales:

1-Te quiero
2-No concibo la noche sin ti

lunes, 11 de abril de 2011

regresos y permanencias

Mi dentista me arrancó la muela del juicio tan violentamente que se cayó al suelo. Después la recogió y me preguntó si la quería guardar. Me pareció un momento inverosímil, porque mezclaba humillación con belleza. De alguna manera que no sé explicar. Yo soporto mal el dolor y nunca finjo una fortaleza de la que carezco. Me había echado a llorar mientras él manipulaba mi boca. Y ahora tengo mi muela en un frasco y no soy capaz de tirarla, la enseño orgullosa y luego me siento miserable. Una muela en un frasquito, todavía no lo asimilo.
Me perdí los mejores días de sol en mi casa, quejándome, esperando a mi novia, leyendo y viendo el programa de Ana Rosa. La tele es jodidamente peligrosa, te atrapa la banalidad de una forma inquietante, todo es de un mal gusto exquisito y no puedes dejar de mirar. Quieres más, porque hay algo hipnótico en el horror, en el presunto humor, la presunta información, la presunta seriedad y los presuntos reportajes en profundidad de estos programas. Tuve que hacer un esfuerzo para concentrarme en mi dolor de boca y lanzar el mando a distancia. Lanzar el mando a distancia a distancia. Qué maravilla poder hacer frases así, que son absurdas y lógicas a la vez.  Se la enseñaría a Gertrude Stein si pudiera.

Hendaya es definitivamente mi lugar de playa ideal. Las playas como concepto son un lugar zafio y hortera. Y la playa de Hendaya es como de juguete, la gente no grita, hasta las olas me parecen educadas. Fui muy feliz el sábado en Hendaya, gritando 'Vive la France', escuchando a Adam Green contigo en el coche, mirando a la gente, comiendo de espaldas al mar en un gesto falsamente simbólico, observándote y quejándome cuando me haces fotos, porque yo sigo creyendo en el amor, pero ya no creo en las fotos. Prefiero las historias de amor sin fotos, y prefiero las declaraciones de amor sin adverbios temporales.

Hoy he vuelto a la librería y me he dedicado a leer los recién publicados diarios de juventud de Susan Sontag. Es fascinante leer sus diarios de 16 años, cuando descubre su lesbianismo y no sabe encajarlo. Y me encantan las descripciones de sus obsesiones por un par de chicas y de los bares de ambiente y leyendo una entrada, he sonreido viendo lo poco que cambian las cosas. Voy a copiar un extracto para que Zaida sonría un poco y quite peso a su noche del sábado: "Hasta que me emborraché me pareció todo más bien deprimente. Harriet se colocó de inmediato, y pasó la noche siendo amable hasta la histeria con todas las mujeres con las que se había acostado durante el año anterior (y ahora detestaba): todas parecían estar allí...".

Sigue doliéndome la boca, así que voy a dejar de escribir.
Leo otra vez a Susan Sontag y me emociona cuando escribe "Soy infinita, nunca debo olvidarlo".

miércoles, 30 de marzo de 2011

Cuento de primavera (dedicado a Julia Ruiz)

Era consciente de sus limitaciones, así que decidió cambiar el mundo. Había una ardua tarea por delante, tenía que conjugar la siesta con la revolución. Las chicas estaban tan perdidas, el Baileys por las nubes, la depilación laser había aparecido por primera vez en 'La guerra de las galaxias' o puede que no. Decidió celebrar un Congreso de Mujeres Perjudicadas por la Posmodernidad. Se celebraría en su cocina, frente a una sopa de cilantro (la narradora desconoce qué es el cilantro, pero le suena muy sofisticado) y todas irían desgranando sus quejas y superponiendo críticas a la acusada tendencia contemporánea de convertir el romanticismo en romanticidio. También puede que se fueran de fiesta. Irse de fiesta, qué expresión tan bonita, tan de pueblo.
Una vez le habían dicho que ella era tan alta como la luna y esta metáfora le había parecido desafortunada. Al parecer no sólo eran desafortunadas las declaraciones de los políticos. En todo caso, ella era más alta de lo que nadie podría soñar jamás. Su risa era una explosión. Tenía la mirada siempre flotando en algo líquido, precioso. Unos dedos infinitos apuntando al corazón. La narradora se está poniendo sentimentaloide (además su mente se disgrega y se le ocurre formar un grupo musical homenaje a Alaska y los Pegamoides: Nerea y las Sentimentaloides, en plan movida madrileña pasada por el toque rural de provincia decadente).
Sigamos. De todas las formas de querer que el mundo había creado, algunas eran incluso formas de terrorismo, otras eran residuos de una infancia con nostalgia de lactancia, la mayoría una argamasa de torpezas, logros, ambiciones y psicopatías de corto alcance. Y luego estaba su forma. Había inventado la fórmula para combinar sentimiento sin resentimiento, emoción sin desazón, inteligencia sin paciencia, no debería dedicarme a la rima, pero ella sí debería dedicarse al amor . Sabía querer. Viéndola querer a una le daban ganas de querer. Eso es revolucionario, eso es cine. Flaubert tenía una heredera. Ella escribiría 'La educación sentimental' del siglo XXI (con aplicación whatsapp si es necesario).
La primavera avanzaba lenta y contradictoria, como una fiesta de chicas cualquiera. No sé si había cerezos en flor, no sé si había cien gardenias o si alguna margarita protestaría alguna vez por el desesperante 'mequiere nomequiere). Sólo sé que ella le dictaba al mundo en silencio un ambicioso plan. Si Nacho Vegas siente que ahora voy a plagiarle, está en lo cierto:
Consistía en sobrevivir.
Sobre vivir. Que en el fondo quiere decir: vivir a tope. Su expresión preferida.
Podía escuchar el rumor del sol frotándose contra su ventana. Recordó todo lo que estaba por hacer.
Olía a canela en su cocina.

FIN

lunes, 28 de marzo de 2011

así toda la mañana

Una mujer estéril que se pasaba el día provocando situaciones embarazosas.

J y T, como antorchas, en Madrid. No he dejado de soñar con ellos. Será que me obsesiona la felicidad de Julia.

Era tan pobre,el Banco le había quitado todo, hasta le embargaba la pena.

Ayer pasé un rato sola escuchando 'Heart and crime', el disco más monotonamente precioso de Julie Doiron, que canta siempre como si estuviera a punto de llorar. Me encanta. Y llovia, claro, todas las licencias poéticas encima de la mesa.

Cuando el Gobierno anunció que tomaría medidas, toda la población protestó, salvo las modelos, que se mostraron entusiasmadas.

Soy una escritora que no escribo. Trabajo en una obra maestra, carezco de objetivos.

Todos los publicistas del mundo trabajando duramente. Se va a anunciar el fin del mundo.

'J'ai tué ma mère' es una de las películas más hermosas que he visto en mucho tiempo. Cuando la vimos, tú estabas medio enferma y yo te tocaba la frente de vez en cuando. Me gusta emitir diagnósticos equivocados.

"Feliz como una perdiz". La perdiz depresiva no entendía nada, todo le parecía una broma de mal gusto. Acumulaba prozac en su nido, soñando con cagarse en todos los monumentos conmemorativos.

Mi abuela cumplió ayer 85 años. No le gustan las celebraciones. Le regalé un libro y le escribí una dedicatoria altamente sentimental: "Cumples 85 años y no hay nada en el mundo más bonito que tú". Nos gusta llorar por fórmulas emotivas eficaces, somos tal para cual. Es tan bella, me gusta mirar las manchitas marrones de sus manos.

La foto de mi boda, la quiero en un marco incomparable.





















 

miércoles, 23 de marzo de 2011

mi novia está en viaje de negocios (Kusturica revisited)

Mi novia se ha ido de viaje de negocios. Casi siempre salgo con chicas mucho más competentes que yo. Por mi parte, hoy en la librería he estado hablando con un personaje habitual, una mujer que entra con sus 7 perritos de no sé qué minúscula raza terrier ("¿Son Yorkshire terrier,no?" pregunté yo un día inocentemente y ella me abroncó durante 13 minutos por mi profunda ignorancia canina. Yo me reí mucho). Esta señora los peina, viste y celebra ceremonias de matrimonio entre sus incestuosos perritos. Hoy me decía que una de ellas "es una marimacho, siempre intentando montar a su madre". Esta frase me parece altamente literaria.

O sea, que algunas chicas viajan a congresos y jornadas para impartir ponencias y otras hablamos sobre la sutil línea entre el incesto y el lesbianismo en el salvajemente amariconado mundo animal.
Perros con abrigo, yo mordisqueando una galleta de avena con pasas, odio las pasas, la galleta la había robado a mi compañera de trabajo, las pasas me parecen pequeñas cagarrutas de Dios, sonaba 'Crippel crow' el disco que más me gusta de Devendra Banhart, hoy me he despertado con una contractura que me impide girar el cuello a la derecha, los clientes me miran extrañados, me comporto como una robot del futuro en zapatillas, con los labios pintados, ha vuelto el sol, hablo demasiado del sol porque me importa demasiado, ahora mismo estoy pensando en ti, mi amor, en cómo intento prepararte sandwich de autor y en tu pulgar, tu dedo pulgar es una obra de arte conceptual, me duele el cuello, me sobra el jersey, llevo el jersey que me regalaron Ari y Mariona, el calor me parece siempre algo excepcional y precioso, mi carácter del norte me reconcilia con todos los sueños en los que aparecen playas, a mí Michael Stipe sí que me atrae, esto lo dije el sábado, cuando un hombre me parece atractivo mis amigas no se lo creen, soy una hetero increíble, no-creíble, y con esto homenajeo a Zaida y ahora mismo tengo hambre, no quiero galletitas de avena, me comería los libros si pudiera.

Y así aprovecho para recomendar 3 libros maravillosos, imprescindibles.Dos son de poesía, ese género que nadie lee o nadie entiende. También es verdad que se publica mucha mierda. 'Autoría' de Julieta Valero y 'Folclore íntimo' de Valter Hugo Mae, me han dejado con la boca abierta, el corazón abierto, el coño abierto, la sangre abierta, la inteligencia abierta.
Y un libro que recopila tres novelitas de Elena Ferrante, con el título 'Crónicas de desamor'. Creo que no se puede escribir mejor, simplemente.
Ah, y un cuarto libro que recomiendo expresamente a Marc, porque leyéndolo pienso en él continuamente, no sé por qué. 'Vida de Pablo' de Carlos Pardo. Me está gustando muchísimo.

Podría decir muchísimas cosas sobre Libia, con o sin conocimiento de causa, pero hoy quiero decir en un alarde de frivolidad, que ver la cara de Gadafi todos los días en periódicos y telediarios me parece nauseabundo, es una fealdad anticonstitucional, sus cirujanos plásticos sí que son rebeldes.

En Toledo están los cuadros de El Greco, y estás tú. Cuando vayas a verlos, acuérdate de mí, bueno, acuérdate todo el día, y tengo que decirte que cuando de pequeña nos enseñaron 'El expolio' en clase fue la única vez en mi vida que Cristo me ha parecido espectacular, con aquel sudario rojo, la dignidad podía ser además estéticamente irreprochable. 
No sé por qué me pongo a hablar de arte, es que te echo de menos.
Qué envidia me dan las palomas de Toledo.

lunes, 21 de marzo de 2011

lo paró todo

Los defectos son apenas básicos y fundamentales. Leo esto en una pequeña fábula de Ambrose Bierce. Y entonces pienso secretamente en las escenas que se desarrollan continuamente ante mis ojos. Escenas de lucha y pérdida del honor. Traiciones y corazones en eternas convalecencias interrumpidas, porque es imposible dejar que el corazón descanse, no hay tiempo. La vida nos exige ponerlo en evidencia y exponerlo. A menos que prefiramos pasar un sábado por la mañana paseando apaciblemente en chándal, como aquellos que veíamos desde la ventanilla del coche el otro día, cuando llegó Zaida a la ciudad y la puso patas arriba, con las bragas por los tobillos. Una ciudad malfollada, rendida ante su tupé.

Me interesa muy poco la esforzada felicidad, ésa hecha a base de confundirla con la ausencia de agujeros. Me interesa poco la felicidad de coleccionable, con el fascículo de hoy un pensamiento sereno y un recuerdo agradable. Me interesa poquísimo la felicidad como una isla paradísiaca, aislada de todo lo demás. 
Silvia hacía sopa ayer en mi casa, las demás cortejábamos a nuestra resaca como podíamos y el sol estallaba fuera. Ya he hablado muchas veces de los domingos y de su tendencia a crear estados de ánimo homicidas. Pero ayer convertimos el domingo en una guardería, en un sanatorio para tuberculosos. Mi casa era como 'La montaña mágica' versión lésbica, los pijamas sucios, hablando de Christina todo el tiempo, como si ella fuera una chica que acabamos de conocer en un bar. A mí me dibujó un corazón en el brazo, a Zaida le lanzó un beso. "Se debe a su público" justifiqué yo ayer la ceremonia de excesos que le regalamos en el backstage.

Yo creo en la naturaleza revolucionaria de la felicidad. Julia dice "quiero felicidad y la quiero ahora" y con soldados así, yo me iría a la guerra, a derrotar al tiempo, al pasado imperfecto y al futuro pluscuamperfecto. 
Queda inaugurada la primavera. Adios, invierno, bailaremos en los conciertos de autor y nos quedaremos inmutables en las discotecas, tengo el poder de llegar desde aquí al corazón de aquellos a quienes quiero, con sólo desearlo, desear estar en un corazón es una manera de abrigarlo, les guste o no. Vuelan mis pensamientos tan desordenados como un baño después de una ducha de Zaida Carmona, que pierde todos los trenes importantes menos el que le lleva directamente al lugar desde el que la queremos por ser quien es, Maite me decía anoche, cuando por fin nos metimos en la cama, "es que sólo se puede quererla" y yo asentí, radiante en la oscuridad, pensando una vez más en la contradicción que más me gusta de la vida:
qué solas estamos, nunca estaremos solas.

Mis ovarios no son responsables de este descontrol.
Son chicas que beben en petaca.

jueves, 17 de marzo de 2011

mujeres esperadas

Sigue lloviendo tenazmente. Vengo andando a la librería, en mitad de una sinfonía hostil de paraguas y rostros depresivos. Siempre me pregunto con qué poca dosis de felicidad se enfrentan los ciudadanos al nuevo día. Será que yo estoy feliz y ahora me cuesta concebir antropológicamente la desdicha. Escucho a Christina Rosenvinge, canta "volveremos, volveremos a soñar" y entonces puedo oir la risa de Zaida, que viene al concierto del sábado. Iremos un grupo de mujeres osadas y sin zapatos de tacón, una pequeña multitud de chicas con camisetas en busca de la poesía de esta walkiria rubia, eternamente joven. Iré con mi amor y mis amigas a escuchar canciones y dejarnos vencer por la noche, siempre hemos brillado más en la oscuridad, conocemos las barras de los bares, los mapas emocionales de las luces de neón y ese adolescente que vomita siempre en una esquina y ese pesado que siempre te cuenta su vida y te salpica al hablar y esas chicas guapas que juegan a ser imperturbables y las mujeres de mediana edad que bailan en corro y las manadas de hombres al acecho de un coño desprevenido.

No sé por qué pienso en Ari de repente. Si me estás leyendo ahora, leéme escribiendo que pienso en ti ahora y que me pongo el jersey muchísimas veces y que cuando tengo la tentación de ponerme idiota, escucho tu voz quitando importancia al melodrama barato que hacemos las chicas como un costumbrismo narrativo. No sé que sé te ha perdido en las Antípodas, pero te seguiremos hasta el final, los canguros, tiene que ser tremendo darse de bruces con un canguro, aquí sólo tengo palomas y los ciervos que de vez en cuando voy a ver, orgullosos de sus cuernos, aburridos, señoriales.

Hace unos meses empecé a escribir una novelita con mi amiga Laura. Laura es una mujer polifacética y politoxicómana. Esto último es mentira, pero quedaba muy literario y ella me sabrá perdonar. Laura es la única mujer que ha subido a un escenario con Stereo Total y que al mismo tiempo no sabe freir un huevo. Es capaz de las mayores gestas y de los menores gestos, vistiendo es de una sobriedad exquisita, para lo demás practica un alcoholismo de grado medio muy interesante. El caso es que nuestra novelita es maravillosa según nuestro criterio, porque no hay nada mejor que la subjetividad en el amor y en la resaca. Así que en breve mandaremos los 4 primeros capítulos o quizás una selección al azar, porque somos iconoclastas, lo importante es ser iconos. Mandaremos los capítulos a un comité de expertas y Marc, con poco rigor y a la espera de comentarios de texto y notas al pie, notas al cuello, notas que besen y no les huela el aliento.

Y llego con la lluvia y con la lluvia me voy.
A las 2 recojo a Silvia en la estación. Esta frase en Argentina, pondría nerviosas a las lectoras.
Silvia es una mujer contradictoria y posee una sabiduría de la inestabilidad que muchas quisiéramos.

En todo caso, hoy el amor se moja y se multiplica.
Y Julia Ruiz, tan alta como la luna.

Ayer hice un auto de fe, frente a un plato de champiñones a la plancha. Estoy preparada para el futuro.

domingo, 13 de marzo de 2011

weekend

El viernes me quedé dormida mientras te esperaba. Soñé con Santiago Segura, pero se me olvidó decírtelo, supongo que por vergüenza. Me gusta ir por la noche en el coche contigo, escuchando viejos discos tuyos. Te doy la mano cuando dejas la tuya en la palanca de marchas. Siempre me mareo en las rotondas.

Esos sofás grandes, como trasatlánticos. Vemos en la tele la vida de alguien que no nos importa, todo nos resulta interesante y todas las mujeres nos parecen mal peinadas. Tus viajes a la cocina son altamente emocionantes. Me gusta escucharte entablar luchas con el lavavajillas. Antes de dormirme a tu lado, me dan ganas de ser creyente y rezar desnuda de rodillas. Si no fuera cacofónico, diría que eres mi milagro.

Yo desayuno cereales y tú llenas el horno de verduras. Me gusta leer en la cocina mientras descuartizas calabacines. Yo leo "Hay algo muy emocionante en la vida cotidiana" y casi me desmayo. Entra el sol por la ventana, en tu barrio fantasma, en la periferia del amor.

Vemos 'Descalzos por el parque' y de repente me parece la mejor comedia de mi vida. Jane Fonda representa la profunda histeria del enamoramiento. Y yo siempre he sabido algo de subir muchas escaleras para llegar a casa. Se me pasan por la cabeza todos los cuartos y quintos de mi vida, la historia del amor en un mundo sin ascensores. Robert Redford nunca se despeina. Dormimos la siesta, generando calor. Sueño tantas cosas. Me despierto siempre más tarde que tú. Creo que Haydn debería haber hecho una sinfonía para nosotras y todas las siestas del futuro. Me apetece escuchar música clásica cuando estoy de sobremesa en un alto estado de agitación amorosa. En cambio, vemos un programa sobre bares del mundo.

Vamos a casa de tu hermano a llevarle un taladrador y otros instrumentos extraños. Es la primera vez en mi vida que llevo en la mano una maleta de herramientas y me siento elegante. Puedo percibir la erótica del tornillo, pero en la vida pienso agujerear una pared. Podría gustarme. Tu hermano me intimida y os veo juntos, pequeñitos, poderosos. Vemos un videoclip de arte para un grupo de rock radical vasco que él ha dirigido. Intento hacer comentarios técnicos mientras me acerco con la silla de ruedas hacia ti. Nos enseña su cámara nueva. Tiene un dibujo de Bob Dylan en la pared.

Hablamos de REM en el coche, me llevas a mi casa, la noche es una hoguera de cuerpos que se preparan para el sacrificio de la juventud. No sé de dónde me salen estas frases, pero sé que contigo me he vuelto transparente. Me quedo sola en casa, pongo una lavadora, organizo mi armario, pongo el poster de Christina Rosenvinge que me regaló Marijose, hago muchas cosas sintiendome una diosa en albornoz.
Cuando vuelves, llegas con los labios fríos y tendría que volver a arrodillarme. Soy una creyente disparatada. Vemos el concierto de Rufus Wainwright que me regalaste y yo leo y escribo mientras te escucho decir "Qué maravilla". Me gustaría poder darle al Pause en ese momento, si la realidad fuera un espectáculo.

Y por fin el domingo, desayunamos al sol, en las terrazas burguesas de Pamplona, yo le doy pastas a las palomas, soy la única que quiere a las palomas, pero tú me lo permites. Miramos al cielo, leemos los periódicos para decir 'japón', 'nuclear', 'promesas electorales', mientras pensamos en la vida secreta de los escotes al sol. Las nubes son profundamente inestables, como cualquier chica occidental, vienen y van, te miro fumar y pienso en nada y en que me gusta mirar a los perros y criticar a las familias que ponen lazos en el pelo a sus hijas.

Comemos con personas que adoras, nos consagramos a los pintxos. Marzo pesa tan poco este domingo.
Me voy quedando callada a ratos, pero silbamos con Cat Power al principio de 'After it all', viendo a una señora beber martini y el fuego artificial. Y nosotras. Y tú.

Te escribo ahora en casa de mis padres. Mi madre termina de ver 'Hannah y sus hermanas', una de mis pelis preferidas. Vuelvo a esperarte. Y se cierra algún tipo de circulo y se abre mi corazón como una flor, seré capaz de crear las metáforas mas baratas.
 No quiero escribir mejor, quiero que mi arma sea una cama sin hacer.