jueves, 12 de mayo de 2011

Resistencia

Estoy de vacaciones. Hago un alto para hablar de la felicidad. Esta mañana leía una entrevista que Nacho Vegas se hace a sí mismo en la que responde acerca del sentido de hacer canciones. Y se responde diciendo que son una forma de resistencia. Pienso que el amor también es una forma de resistencia. Resistencia frente al mundo, frente a nuestras propias cabezas que van a la velocidad de la luz, arruinando a a veces nuestra posibilidad.
En Francia, en aquellas playas de belleza intolerable, borracha de luz, viéndote a lo lejos pegándote al mar, mientras yo leía y te miraba, entendí alguna cosa esencial sobre la vida, algo que ni siquiera soy capaz de articular con precisión. Nos mirábamos de vez en cuando, atónitas de lo fácil que puede ser en realidad. Nosotras, reivindicadas como intensas y cansadas de correr hacia delante, encontramos ahora la posibilidad de una isla. Tuya y mia. Leí en la playa algo que te comenté días más tarde, porque en ese momento lo guardé para mí: "La felicidad consiste en vivir por debajo de tus posibilidades".
Y por detrás de una frase que puede parecer de libro de autoayuda, entendí, entendí que era absolutamente cierto y recordé tantos años de mi vida esforzándome por una vida que fuera cinematográfica, absoluta y con todos los ingredientes literarios, viviendo las historias de amor al límite de su periferia, soñando sueños de otros y malogrando mi alegría.
No sé si todo esto le sirve de algo a alguien, quizás soy más interesante a ojos de un lector abstracto cuando hablo desde la duda y cuando me escondo hablando de las mujeres de mi vida.
Sólo sé que es jueves, que escribo con mi abuela al lado, hoy lleva una blusa de seda de color aguamarina (nunca pensé que sería capaz de nombrar algo como aguamarina, pero vengo del mar y la blusa de mi abuela me recuerda al mar en las costas francesas) y miramos un concurso en la tele y ella se sabe las respuestas y yo critico al presentador y a los concursantes porque desde que Ainara dejó la tele, pienso que la gente inteligente nunca va a los concursos y, en fin, soy feliz.
 Resisto.
Aquí y ahora.

4 comentarios:

  1. Nere, no sabes cuantísimo me alegra leer ésto. Es precioso y catártico este post.

    navegamos
    como para no perder la gracia del mar.

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  2. Hoy he vuelto a leer esto.
    Te leo aquí y te veo más que en ningún otro. Es catartico y es fiel, yo estaba allí.
    Teníamos algo tan hermoso y tan raro que lo tiramos de las manos sin querer, como en un acto reflejo. Como sí quemase.
    Porque antes de eso, de ésto, sentimos que el amor era un monstruo.
    O monstruoso.
    Me gusta cuando no te escondes, me acerca a ti y a la posibilidad de quererte.
    No Se porque llueve hoy justo cuando vuelvo de vacaciones y mi rutina ya negra se convierte un poco en túnel de terror de los matrimonios de este pueblo.
    Aceptemoslo sin acento.
    Y sigamos involuntariamente hacia delante. Aun con camisa de fuerza, como esos autos de choque locos dándonos felizmente cacharrazos.

    maite

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