martes, 19 de julio de 2011

Eli

Estoy aquí, ahora, pensando en la conversación que tuvimos ayer. Tú dijiste que a veces eres consciente de lo lejos que se puede estar, te tembló la voz. Yo te dije que tú y yo nunca estamos lejos, improvisé algo sobre esta clase de amores que te acompañan siempre, el llevar a alguien dentro, como una especie de abrigo.
Pero, sí, Eli, estamos lejos. Y echar de menos es a veces una gramática difícil de articular. Hace tiempo que no nos vemos. Creo que sigues siendo la chica más transparente.
Si alguien me hubiera dicho que en el Escape se podían encontrar tesoros, lo hubiera considerado un humorista desafortunado. Recuerdo la primera noche que pasé contigo. Recuerdo que pensé "esta chica es una hipersensible, nos llevaremos bien". Tu delicadeza y tus miedos, y todos esos días subiendo la cuesta de la calle Jesús y María, en Lavapiés, para ir a tu casa. Me gustaba hacerte reir. Te quise desde el principio, no he dejado de quererte ni un segundo.
No sé que pesa más en ti, si lo buena que estás o lo buena que eres y entonces, una vez más, el castellano me parece prodigioso con su distinción de ser y estar y con un infinito caudal de palabras y una infinita insuficiencia a veces para decir las cosas.
Ahora pienso con toda la ironía en aquella época, en todos esos años. Porque entonces yo quería salvarte, hacerte ver lo increiblemente insólita y prodigiosa que eras tú en un panorama de chicas locas por parecer cuerdas. Y estoy convencida, por muy melodramáticamente previsible que suene, de que tú me salvaste a mí.
Sí, Elí, sí.
Sabes lo mucho que me cuesta volver a Madrid, porque le sigo teniendo miedo a casi todo y sobre todo a mí misma en una ciudad que ya nunca será la que fue para mí, que guarda lo mejor de mis naufragios y todo mi dolor y mis sueños y tonterías intensas de otro calibre. Pero iré a verte. Voy a ir a verte y quedaré contigo y tal vez sea como la última vez, que me encontré a Ajo con su perrito por la calle y tuve la osadía de recitarle un micropoema mio y ella me dio su email y jamás le escribí. Hago cosas que no entiendo y no hago cosas que entiendo. El eje central sigue siendo la incomprensión y el amor.
Pienso en ti muchas veces y pienso en todo lo que hemos vivido y en que nunca, jamás, me has hecho sentir mal, en tu maravilloso corazón despojado de todo ese cliché de oscuridad y tormento de todo a cien del que lo barnizamos todos los demás. Y sin embargo, acercarse a ti es ver lo mucho que sufres muchas veces y lo mucho que te esfuerzas. Pero hasta tu tristeza está bien hecha.
Y te has hecho grande y te has hecho una mujer fascinante. Y te sigo admirando, Eli, por lo bien que eres frágil y fuerte y porque nunca dices todas las inmensas tonterías que digo yo, porque te salvas sola.
Te salvas sola.
Pero yo sigo aquí. Queriéndote.

Nos esperan más viajes. Grecia se nos quedó pequeña. Sitges se nos quedó grande, dios, qué eterno viaje de cercanías, yo lo califiqué de tren de lejanías, es lo que tiene viajar con la resaca de equipaje.

Te adoro y te digo:

"Una ciudad estallando en personas,
hay mil versiones para lo invisible.
Oye, ha vuelto la luz"

Somos como faros que mandan señales, en la noche.

6 comentarios:

  1. Oyenteh de la aradio19 de julio de 2011, 4:32

    Ahntonia, primero de todoh desirte ke todabia no enthtiendo la diferensia entre chaparron y tormentah de berano. Aora te leoh mientra ecusho la aradio nabarra (me gustariah estar en una barrah en Nabarra, o en Donostiah) i pienso que Gresia i Sitje tiene ke zer do lugare mu bonito donde perderseh. En canvio ya sabe que a mi Madri no me dise nada porke no lo conosco, que no me llama, vamo, que no se deja conosé, como las exnobias.
    Los comentarista del norte se llaman Julen o Mamen, aqui en la ciudad no conosco a nadien que se yame asín.
    Tengo musha gana d'escusharte y preguntarte si un biaje eterno es uno que dura siempre o uno que se ase con un ternero.
    Te quieroh y tejcribiré má cuando mi montadora me deje tiempo livre.
    Antoniah.

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  2. Yo soy farera y me ha encantado la foto adjunta a este comentario tan bonito. Me gustaría conocer a todas tus amigas, están buenas? Perdona por la impertinencia, esque me siento muy sola en el faro, todo el día enciende y apaga la lámpara y alumbra a los barcos, pero nadie viene a visitarme, los marineros están jubilados y las azafatas de los transatlánticos no bajan a visitar mi pueblo, que por cierto tiene solo veinte avitante de los cuales hay tres lectores y dos exnovias que siempre están dejándose y volviendo, más que nada porque no tienen más mujeres homosexuales alrededor, sabes? Aquí la gente se ennovia, se casa, se divorcia y vuelven a juntarse, como antaño. Y poco más, decirte que soy fan tuya desde que actualizaste por tercera vez, yo no me actualizo nunca, aún llevo pantalones pirata y camiseta de tirantes blanca de licra, como en los noventa, en el faro da igual cómo vayas vestida porque como te dije nadie viene nunca, suerte que me pusieron internet y ahora puedo leerte e intentar ligar con tus amigas y con tus admiradoras por medio de sugerentes pseudónimos y el ingenio típico de una mujer de pueblo que se aburre la mayor parte del día.
    Por favor, no dejes de escribir, y dame tu número de teléfono o el de alguna conocida tuya, conocida de que conozcas que es guapa y que no tiene un transtorno de la personalidad especialmente preocupante - me han hablado de las mujeres de ciudad, no tienen buena fama aquí, y no quiero que me líen la cabeza que yo no he salido nunca de Finisterre, sólo me han enseñado a encender y apagar el faro, no sé de mujeres, aunque estoy aprendiendo mucho de ti, no sé.
    Te mando señales en la noche y de día también, tengo horarios variables.

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  3. Otra oyente de la radio19 de julio de 2011, 4:49

    Hola, yo soy otra oyente de la radio Navarra que como la primera espera inquieta a escuchar un programa donde me he enterado por las redes sociales que vas a hablar sobre literatura contemporánea. A mí me gusta mucho la literatura, no leo mucho, pero me gusta, siempre lo estoy diciendo. Y estoy escuchando la radio online desde hace una hora y hay dos señores que hablan de gallinas y de casas de campo a las que se puede llegar en metro. No lo entiendo muy bien, creo que me he equivocado de emisora o estos dos señores se han equivocado de sitio y en lugar de entrar al bar a charlar se han metido en la Cadena Ser.
    Paco Roncero está hablando ahora de la Plaza del Casino, no sé si debe ser ludópata o imbécil, porque lógicamente en la mayoría de plazas hay terrazas donde tomar algo, y la gente en verano prefiere ir a la terraza que al interior del restaurante.
    Sigo a la espera, aprendiendo cosas sobre plazas que desconozco y escuchando expresiones que hacía tiempo que no oía como "poner los dientes largos". Paco nos está poniendo los dientes largos, tendremos que ir a la peluquería o al dentista pronto.

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  4. Emocionada sigo.
    Gracias,Nere.
    Me hiciste saber,desde el primer cruce de miradas, que Eli existía....a partir de ahí,me hiciste crecer al sentir tus ganas de conocerme,enseñándome a vivir el amor apasionadamente,sobrevivir y salvarme sola.Te quiero desde aquella frase "Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?".Sigo aquí,echándote de menos.

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  5. quiero oírte escribir. dame un viernes de literatura.

    J

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