jueves, 5 de mayo de 2011

Sinceramente, es mentira

Ayer íbamos en el coche escuchando a los Beach Boys, porque a mí a veces me dan puntos raros. Había estado rescatando discos viejos de casa de mis padres. Y de repente me encuentro con la maravillosa canción 'Still cruising' y me la tomo, quisieran ellos o no, como un himno al cancaneo, al cruising más salvaje. Espero que Marc y Zaida la adopten como himno antes de salir de su pisito un viernes noche.
"Come on let's cruise, got nothing to lose".
Temazo.

Por la noche vimos en la tele 'Río bravo' una película que me sé casi de memoria. El abuelo de Maite sólo ve westerns, una y otra vez. Esta película es  sobre los perdedores como forma de victoria, tiene unos diálogos brillantes, se nota que Howard Hawks pone un poco de sus maravillosas comedias románticas aquí, en el oeste. Y, joder, Angie Dickinson. Maite se durmió y yo la desperté para hacerle la ola a Angie en todas sus secuencias. Creo que no he visto en mi vida a una mujer más guapa que ella en esta peli. Qué pena que su personaje, una jugadora profesional, sin casa y sin rumbo que se enamora del sheriff (John Wayne) y lleva la iniciativa sexual todo el rato, acabe haciendo un discurso sobre la necesidad de un hombre que te ponga un burka por amor. Pero Angie, Angie, Angie, te adoro.

Estaba ojeando esta mañana un catálogo de Anagrama con las próximas novedades y me he encontrado un título que me ha hecho pensar en Silvia, que anda estos días muy preocupada con la moral y la necesidad de la verdad, asunto que aparentemente no entra en contradicción con sus tendencias lésbicas. El libro se titula 'El arte de no decir la verdad'. Una vez yo ironicé sobre todo esto y escribí la frase "Sinceramente, es mentira".

Si una embarazada habla de sí misma...¿es autobombo?

Camisetas nuevas, mejillones al vapor, la próxima superproducción fílmica de Zaida Carmona, Obama dando lecciones de democracia a golpe de tiro en la cabeza, hablando de poesía en la librería con un señor que se llama Emiliano, dos litros y medio de agua al día con sus repercursiones en mis nervios, descubro un autor nuevo esta mañana y me encanta el empezar de su novela "Recuerdo haberme masturbado una vez pensando en mí mismo y no haber obtenido placer alguno", estoy pensando en escribir un libro de recetas con el título 'Alimentando el ego' y que vaya dirigido a analfabetas que van de interesantes, Laura Dronda está guapísima después de su pasión turca, un niño de 11 años me acaba de pedir un libro de Ricky Gervais, no entiendo nada,  pasa la tarde, no sé por qué me viene a la cabeza la imagen de Kiko Veneno cuando hacía de Frankenstein en 'La bola de cristal', lo adoraba, me gustaría pasar una noche loca con todas mis amigas en el hotel de Julia, en plan rockstar con caprichos obscenos en las habitaciones, Mayo es un mes esperanzador, raro y el mes en el que me enamoré por primera vez, me pregunto dónde estará Aurora ahora mismo, seguramente en un clima tropical, con la mujer que susurra al oído de los elefantes.

La revolución es quedarte quieta exactamente donde quieres estar.

6 comentarios:

  1. tu si que eres un temazo.
    a mi me encantan los beach boys de toda la vida de Dios,
    y estas tonterias:

    http://www.elmundotoday.com/2009/11/un-anciana-invoca-al-demonio-en-un-curso-de-ingles/

    me gusta mucho lo de hacer la revolución en el sitio donde estás, como lo de tener güevos para ser honesto, que es dificilisimo.
    Me gustó de la peli que pasa todo en una calle, precisamente (Como la Jarauta, que últimamente está animadísima) . Y cuando decian algo así como que uno mola "sobretodo porque no intenta demostrarlo".
    qué pequeños somos (todas).
    y cuánto amor corre por la Jarauta.

    sacude el amor y lleva camiseta nueva, de marinera feliz *

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  2. Queda un día.
    Vive la France.

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  3. leí ayer por la noche tu blog, hoy lo he vuelto a leer, dos veces. me tienes colgando en tus manos, nerea. me encantaría poder participar, aunque fuera un poco, en esa revolución tuya, todavía creo en nuestra revolución. Creo que Jean Pierre va a acabar siendo el sonidista de mi corto, para que veas a qué niveles de superproducción llego. tengo un grano en la cara, el esternón hinchado del estrés, el labio casi con sangre de mordérmelo y un desorden emocional digno de mujeres bajo la influencia. Tengo muchas ganas de verte. Pero muchas muchas. Cada día pienso un rato en las ganas que tengo de verte.


    río bravo me gusta mucho.


    Z

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  4. no vayas de exnovia y cógeme el teléfono :)

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  5. Tengo muchísimo interés en qué Zaida aclare para todos los púbicos, en qué consiste un eternón hinchado y si eso es posible

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  6. me acuerdo cuando te hablaba de los destinos que barajaba a la vista. me río acordándome de tu sorpresa y tu pregunta de si allí se llega en tirolina. Entonces no eran los elefantes del país de las sonrisas; era una isla de esas de postal, una de las antillas. Y de trópico en trópico y tirando porque me es lógigo –prometo no intentar de nuevo esto de los pareados- he cambiado ahora el mar, aquella playa divina por una selva también de trópico y de sapos con batuta, una selva más frondosa que el sexo de una virgen donde, sí, es verdad que hay elefantes y no se llaman Dumbo pero tienen historias más tristes y crueles que las de Disney y, también, hay mujeres que les susurran al oído, un pasado más enroscado si quiera que sus trompas. Ahora Aurora está en un país donde es imposible pronunciar la cuarta parte de esta misma frase sin estar loleando. Esta son las entradas para lolear, según el magnánimo diccionario de la R.A.E.:
    lolear.
    1. intr. Chile. Comportarse como lolo.
    2. intr. Chile. Interesarse por conquistar lolas.

    Sería algo así como: AHOLA, ALOLA……
    Yo pensaba que los Todo a Cien eran una realidad reduccionista de lo asiático, como los restaurantes, hasta que llegué aquí. El mes que sigue a Mayo es el mes de lo que sigue al enamoramiento. El mes que sigue a Mayo es el mes que te encuentro en tu casino de Damas, que no dramas, como atenea cibernética en su casilla de juego. Junio debería ser el mes que nos devolviera todas nuestras conquistas. En cambio, aquí no es Junio, ni es nada: sólo el monzón marca el cambio de la estaciones. No me importaría nada que fuera sábado noche ahora en el cuarto de la plancha, con uno de esos sándwiches de los que me preparabas delicioso, de tres pisos, para ser exacta, con el cerco del yema del huevo hecho con un vaso duralex . Hasta volvería a comer jamón. No me importaría que fuera domingo en la ciudadela -para estas fechas ya deben andar algunas estudiantes y ninas de buena familia stripteándose en el césped- domingo en la cola de los Yamaguchi, y un libro con tu dedicatoria semiabierto en la cama. Incluso me gustaría si fuera un martes gris y cualquiera en la plaza del castillo criticando a la barcina…
    En fin, esto empieza a ser más dramático que caballeroso, mejor lo dejo así
    Hasta mañana.

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